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Ayer me pregunté…

Ayer me pregunté que tanto he vivido, como es que olvide lo importante que es vivir.

Y hoy me di cuenta de que no he vivido lo suficiente.

Que no ha bastado todo lo que he vivido, para darme cuenta de todo lo que he sufrido.

Que me he olvidado de todo aquello que en este momento es mi prioridad.

Que aun no he sabido vivir, que no se vivir.

Que me he ocupado tanto por cosas sin importancia, como cuando me preocupe por nada, como cuando no supe valorar muchos momentos importantes en mi vida y que no he sabido atraparlos en mi memoria.

Que recuerdo mas la ultima vez que lloré, que cuando reí.

Y ahora solo se que en algún momento deje que mi vida se esfumara.

Que estoy dejando poco a poco se vaya extinguiendo y sin yo saberlo.

¿Me he vuelto tan inseguro acaso?

Ahora no se en donde estoy o que debo hacer, tengo tantas cosas y no son tan importantes vivo y no lo siento.

Me he dado cuenta de que me he perdido de sentir, por no sufrir que me he perdido de reír, por no llorar, sin darme cuenta de que al sonreír puedo ser feliz.

No me he sabido valorar lo suficiente, como para darme cuenta de que puedo hacer mucho por los demás empezando por mi y tener la plena satisfacción de que soy un ser útil, que puedo si me lo propongo hacer maravillas por mi.

Tuve la oportunidad de agradecer a todos aquellos con los que he compartido momentos y no lo he hecho... creo es el momento idóneo de hacerlo.

Reflexionando doy gracias a Dios por prestarme un pedacito de vida, por regalarme este mundo en el cual vivo, a mi familia por estar siempre a mi lado, a mis amigos por estar aun cuando no los necesito, a esa persona a la que quiero y amo tanto y que no lo sabe... Paty.

Gracias por existir y por dejarme existir en sus vidas.

Hoy me di cuenta de que no es tarde, que aun puedo cambiar y ser mejor, que el tiempo de vida no ha sido suficiente como para aprender a vivir y apreciar lo hermoso de esta vida y que hoy tengo la oportunidad de ser y sentir.

Que hoy puedo empezar nuevamente a vivir...

En cada uno de nosotros…

En cada uno de nosotros se manifiesta un gran potencial creativo, capaz de generar todas aquellas acciones que debemos emprender en pro de alcanzar nuestro éxito, en todo aquello que nos hemos propuesto alcanzar.

Debemos estar atentos en despertar ese potencial, identificarnos con lo que el es capaz de proporcionarnos, si nos identificamos plenamente con su alcance, repercusiones.

No podemos perder la oportunidad que se nos da día a día de permanecer en esta dimensión y no saberla utilizarla.

Nada nos impide lograr alcanzar nuestras metas, para ello es necesario descubrir cómo lograr todo, absolutamente todo lo que nos proponemos alcanzar mientras estamos con vida.

Debemos romper con la inercia de posponer las decisiones trascendentes en la vida, pues esa actitud de dejar las cosas para después representa uno de los principales frenos para lograr metas importantes.

Va venciendo la voluntad y acaba por derrotarnos, no permite que nos manifestemos con el liderazgo y fuerza característica de los triunfadores.

Es sabido que el triunfador marca el camino a seguir, el pusilánime se deja llevar por las circunstancias y se conforma con lo que la vida le deje.

Tenemos la facultad para ser los artífices de nuestro destino y tomar de la vida lo que queremos, porque la misma vida nos lo ofrece, depende únicamente de nosotros si lo tomamos o nos conformamos con lo que dejan los demás.

La naturaleza es prodiga y abundante.

Da a manos llenas, no se limita, esta es la ley del universo, las restricciones existen únicamente en la forma en que nosotros mismos nos valoramos y consideramos merecer.

Debemos de reconocer que somos creadores y creativos, porque tenemos la facultad de generar ideas, imágenes, objetos, proyectos y materializarlos.

Nunca dejamos de pensar, de transmitir a la mente sentimientos, sensaciones, conceptos, percepciones, sonidos, aromas, formas, colores, en fin todo tipo de impresiones, unas generadas por nosotros y otras percibidas del medio exterior.

Estamos expuestos a una gran cantidad de información que de una u otra forma nos afecta y va perfilando nuestra personalidad, manera de actuar y pensar.

Nos corresponde a cada uno estar atento en saber diferenciar todo aquellos que nos proporciona motivación, nos impulsa a actuar en pro de nuestro crecimiento, de nuestras acciones que nos conlleven a alcanzar el éxito.

Día a día debemos sorprendernos de como estamos actuando, cuál es el resultado de ello, que tanto estamos alcanzando las metas que nos hemos propuesto lograr, cómo lo estamos haciendo, en donde están nuestras dificultades, qué estamos haciendo para afrontarla.

Ya debemos saber cómo es nuestro entorno, medio en donde nos desenvolvemos influye en nosotros, tomemos en cuenta que se ha dicho al respecto que la formación de cada persona la determina el medio ambiente en que se desenvuelve, el temperamento, la educación, relación familiar y social, pero especialmente la forma en que se percibe e interpreta la información recibida y la manera de transmitirla al subconsciente, es lo que determina la personalidad, forma de actuar y actitud con que se desenvuelve en las diferentes áreas de su vida.

El medio ambiente y entorno social influye intensamente, hasta puede arrollarnos y absorbernos si no tenemos el control y dominio mental que permita conducir nuestra vida por el camino que hemos decidido, en vez de simplemente dejarnos llevar por las circunstancias que se nos presentan.

Nuestro éxito va a estar muy integrado con nuestro autoconocimiento, con la motivación con que actuamos en las acciones que emprendemos, con la constancia, tolerancia, dinamismo, seguridad, responsabilidad, confianza en nosotros mismo, perseverancia, conocimientos, autoestima.

Debemos considerar varios aspectos que son significativos en pro del éxito, de los cuáles he tomado tres que considero importantes de tener presente a saber…

Asumir responsabilidad… asumir responsabilidad es tomar conciencia que al decir que alguien o algo fuera de nosotros nos previene de alcanzar el éxito, estamos entregando nuestro poder personal a ese ente externo, esto equivale a asumir que algo externo tiene más control sobre nuestras vidas que nosotros mismos, si hasta ahora hemos vivido nuestras vidas según la opinión que otros tienen de nosotros, es importante recordar que la opinión de otro no tiene porque convertirse en nuestra realidad, al asumir nuestra responsabilidad, nuestra realidad la forjamos nosotros día a día mediante nuestras decisiones conscientes ejecutadas por medio de nuestra voluntad.

Crear un plan… tratar de alcanzar las metas sin un plan, es como manejar por territorio desconocido sin un mapa, las metas que no se escriben no son realmente metas, son meras fantasías, la diferencia entre un sueño y una meta realizable es que la meta tiene fecha, si deseas alcanzar tus metas en el menor tiempo posible y disfrutar del viaje, comienza por escribirlas como pasos con fechas para ser logradas y mantente realista, es preferible dar varios pasos cortos que aumenten nuestra confianza y seguridad y nos permitan ver con mayor claridad el camino hacia nuestra meta final.

Asumir compromisos… simplemente considera, que desear las cosas que queremos en nuestra vida no las hará realidad para nosotros, al examinar el plan que hemos creado podríamos encontrar que alcanzar nuestras metas requiere de ajustes en nuestro estilo de vida, trabajar más, cambiar de empleo, mudarnos a otra ciudad, etc., estos detalles son simplemente compromisos que es necesario asumir si queremos alcanzar el éxito y siempre las recompensas compensan enormemente nuestra dedicación.

Las personas exitosas simplemente encuentran lo que es necesario hacer para lograr sus sueños y se comprometen a asumirlo como el camino que los conducirá hacia el éxito.

Concretamente, esta en nosotros el alcanzar el éxito aprovechando nuestra permanencia en esta dimensión y sabiendo utilizar nuestro potencial, sin perjudicar a nadie, dentro de lo ético, moral, con optimismo, convicción de triunfo.

Cada día es una oportunidad que se nos da para lograrlo y hay que saberla aprovechar.

Un ejemplo de congruencia…

Un ejemplo de congruencia me lo dan aquellas personas que entienden que la salud es su bien más preciado, que de nada les sirven el dinero y las propiedades si no se encuentran lo suficientemente sanos como para disfrutarlos y luego hacen lo necesario para permanecer sanas.

Esto puede pasar por identificar las claves de una vida sana y luego ajustar los propios hábitos para que encajen con el ideal… cuidar lo que comen, hacer ejercicio con regularidad, mejorar sus relaciones, buscar un trabajo que les satisfaga emocionalmente.

Tómate un momento para pensar en aquellas personas que conoces que son congruentes.

¿Qué características les son propias?

¿Cómo sabes que son congruentes?

¿Qué significa ser congruente para ti?

Piensa en aquellas personas que conoces que son incongruentes.

¿Qué las caracteriza?

¿Cómo identificas la incongruencia?

¿Qué significa ser incongruente para ti?

Entiendo a la persona congruente como aquella que vive según sus valores.

Lo contrario para mi es aquella persona que contradice con su acción, su pensamiento.

Un ejemplo de congruencia me lo dan aquellas personas que entienden que la salud es su bien más preciado, que de nada les sirven el dinero y las propiedades si no se encuentran lo suficientemente sanos como para disfrutarlos y luego hacen lo necesario para permanecer sanas.

Esto puede pasar por identificar las claves de una vida sana y luego ajustar los propios hábitos para que encajen con el ideal… cuidar lo que comen, hacer ejercicio con regularidad, mejorar sus relaciones, buscar un trabajo que les satisfaga emocionalmente.

Otro ejemplo me lo dan las personas que entienden que van a pasar como mínimo ocho horas diarias dedicadas a su trabajo y consideran que merece la pena que esa dedicación les compense más allá del dinero.

Tal vez piensen en buen ambiente, lazos de amistad, sentido de contribución, posibilidad de expresarse creativamente.

Si a las 24hs del día les quitamos ocho horas de sueño, las ocho horas de trabajo ascienden a la mitad de la jornada (esto sin atender a los desplazamientos ni al tiempo que estamos fuera del trabajo pero pensando en él).

Entonces algunas de las personas que son conscientes del tiempo que van a dedicar al trabajo son congruentes con esto y hacen lo posible para establecer un estilo de vida que les lleve a satisfacer sus principios.

En el otro extremo están las personas incongruentes… piensan que la salud es importante pero fuman y comen alimentos tóxicos, piensan que les deben la vida a sus padres pero no les cuidan lo más mínimo, consideran que lo importante en la educación de sus hijos no son solamente las palabras sino el ejemplo que les pueden dar.

Sin embargo…

Discuten de forma airada, se enfadan y les hieren.

Cuando una persona es congruente de pensamiento y acción, esto es, cuando lo que hace va en la dirección de lo que piensa, comienza a andar el camino que le lleva a conseguir aquello que quiere.

Cuando una persona contradice de hecho aquello que piensa se aleja de lo que desea y compra todos los números para sentirse frustrado.

Ser congruente no es una alternativa de fin de semana, no se trata de ser congruente de vez en cuando, ser congruente es un estilo de vida.

Ser congruente significa estar 24hs del día, 7 días a la semana, haciendo aquello que es más susceptible de llevarte donde quieres ir.

La congruencia no es una actitud de cara a la galería, se trata más bien de un compromiso con uno mismo.

Para conseguir pasar de la situación en la que uno se encuentra, a la situación en la que a uno le gustaría encontrarse, es necesario emprender la acción.

Es la acción y no el conocimiento lo que te permitirá conseguir aquello que deseas y que es importante para ti.

No basta con almacenar libros y coleccionar seminarios, para conseguir algo distinto de lo que estás consiguiendo tienes que hacer algo diferente.

Pero no se trata de hacer cualquier cosa... sino más bien de emprender aquel conjunto de acciones que muy probablemente van a llevarte hacia delante.

Tampoco se trata de hacerlas una vez y olvidarse para siempre... sino más bien de hacerlas de forma regular y sistemática.

Se trata de emprender la acción de forma masiva y sostenida y de no cesar hasta haber alcanzado el objetivo.

Pero emprender la acción por si misma no garantiza el éxito.

Podrías estar haciendo durante toda la vida la acción equivocada y no conseguir llegar donde quieres llegar.

Por ello es importante que evalúes periódicamente si te estás acercando o no a tus objetivos.

Si es así sigue en el empeño y si no te acercas busca una fórmula alternativa.

Te propongo un ejercicio.

Piensa en un área de tu vida en la que no estés siendo congruente.

Quizás no haces el deporte que sabes que tan bien te iría, quizás sigues aguantando a ese jefe tan pesado o tal vez dedicas muchas horas a la telebasura y pocas a tu crecimiento como persona, puede que te atiborres de comida tóxica o que mantengas relaciones personales que te desgasten.

Una vez que la tengas identificada tómate unos minutos para pensar en todo el precio que estás pagando a causa de ello, lo que te cuesta a nivel emocional, lo que te cuesta a nivel de salud, lo que te cuesta a nivel económico.

Piensa también en el precio que están pagando otras personas de tu alrededor.

Luego lleva tu mente hacia el futuro y considera las consecuencias de seguir como estás durante los próximos años.

¿Cuál será el precio si no cambias?

¿Qué te va a costar esta incongruencia si sigues aferrada a ella?

¿Qué precio le vas a hacer pagar a los tuyos?

Piensa también en todo aquello que te estás perdiendo a causa de esta incongruencia.

¿Qué podrías tener que no tienes?

¿Qué tan distinto podría ser todo?

¿A qué estás renunciando por seguir aferrado a esa incongruencia?

Ahora dime…

¿Has notado las veces que has parpadeado durante los dos últimos minutos?

Si tomas la decisión de cambiar y emprendes la acción…

¿Qué ganarás?

Te invito a que hagas una relación de cómo sería todo si fueses congruente.

¿Qué sentirías?

¿Qué pensarían los demás de ti?

¿A quien servirías de modelo?

¿Qué otras cosas podrías conseguir?

¿Cómo impactarías en tu entorno?

Si tan solo tomases esa decisión y la siguieses de la acción…

¿Cuál sería el mayor beneficio a corto plazo?

¿Y a largo plazo?

¿Cómo cambiaría tu futuro?

Hazte el favor de cambiar.

Los seres humanos…

Los seres humanos, por lo menos la gran mayoría vivimos tan apegados al plano material que es muy común que el plano espiritual lo olvidemos, afortunadamente, en la época actual existen jóvenes entre los 18 y 20 años que van despertando su conciencia mas temprano que muchos de nosotros.

No es casual, la liberación material esta iniciando y junto con ella la autorrealización.

Pero…

¿Que es la autorrealización?

Si no la respuesta interna, muy profunda que se contesta a las múltiples preguntas del individuo tendiente al cambio honesto, de sencillez y de humildad, ese que con tanto regocijo llega a casa, cansado del trabajo diario y pide tan solo una taza de rico café o té para relajarse, meditar y reflexionar sobre lo que paso hoy en el trabajo, ese que ya comúnmente sale y pasea con la familia, aún cuando su juventud le dice que debe ir a la fiesta, a pasear con otras chicas, tomar vino o ingerir drogas.

Afortunadamente el cambio de las nuevas generaciones, diría yo comienzan con el pie derecho, desafortunadamente van de paso, pero en un rápido movimiento de cabeza dejan a otras generaciones grandes experiencias y cambios de actitud y de aptitud.

Recuerdo bien que las grandes generaciones de inicio del siglo XX su existencia era entre los 70 y 110 años aproximadamente, aun en la actualidad existen algunos del siglo pasado que cuentan con mas de 90 años, firmes y relajados aún.

Muchos de ellos, incluso han llegado a ser intervenidos quirúrgicamente de la próstata y otras operaciones peligrosas y han salido con bien, muchos otros hay que incluso se irán enteritos.

Y digo que van de paso, porque las generaciones de mediados del siglo pasado si acaso viviremos 50 años será mucho y suficiente para encontrar esa autorrealización tan buscada, solo por algunos, aclaro, porque muchos hay que aun no saben que es y como se digiere.

Pero las generaciones actuales, es decir las de fines del siglo pasado hasta las de inicio del presente, no sabemos a ciencia cierta cuanto han de durar, pero por lo que se ve duraran muy poco, pero eso si, muy sabias, expertas, ingeniosas, estudiosas, tecnológicas y abiertas, innovadoras y dedicadas, aunque también con muchas deficiencias muchos de ellos.

Mientras todo esto se cocina, lo que es muy importante recordar, es que sea lo que fuere, pase lo que pase y venga lo que venga es importante optimizar el comportamiento humano, hay muchas cosas que aprender de los jóvenes.

Recuerdo cuando era joven un día dije…

- Gracias a Dios que soy joven, pero mas gracias le doy porque se que esa juventud se ha de convertir en exquisita madurez y entonces los errores irán disminuyendo, poco a poco, paso a paso.

Sin embargo…

es importante reconocer que la vida no la tenemos comprada, de hecho, ni nuestra es, no nos corresponde, ahora la tenemos, ahora ya no la contamos, así es de sencillo, así es de simple.

Lo que es verdad es que nos espera una vejez irreversible y triste, triste si nosotros desde ahora lo permitimos.

Es importante que nos demos cuenta que si vivimos en este maravilloso mundo donde bien vale la pena vivir, por los momentos maravillosos que a veces acontecen en nuestras vidas, nos demos cuenta que no tenemos nuestra vida comprada, nada es para siempre, nada es eterno, solo él, Dios.

Es necesario que nos demos cuenta que en la vida estamos para servir y no para servirnos de los demás.

Un día cuando me sentí incomprendido, pude recordar sabias palabras… no estamos aquí para ser comprendidos, sino para comprender a los demás.

Cada día en cada decisión…

Cada día en cada decisión, las personas asumen una entre dos posiciones, que dan curso a lo que será su éxito o su fracaso… vivir como responsables o vivir como víctimas, es decir, culpar a otros de lo que les sucede o asumir que lo que recogemos se debe a lo que sembramos.

Por razones de biología, los humanos, tenemos recursos que nos permiten relacionarnos con el mundo de manera muy particular.

Cuatro de esos recursos cuya forma de utilización afectan nuestra vida en distintas áreas son… el lenguaje, la interpretación, la memoria y la imaginación.

El lenguaje, se aprende en sociedad, está limitado por la forma de cultura que aprendemos y nos permite darle nombre a personas, objetos y situaciones.

Si no disponemos de un nombre para expresar situaciones o experiencias podemos sentirnos confundidos.

También el lenguaje nos permite usar esos nombres asignados para describir lo que experimentamos, aunque las describamos prejuiciado por aprendizajes previos.

La interpretación la hacemos con pensamientos o verbalizaciones y consiste en darle sentido racional a las cosas, opinar sobre ellas, descifrar lo que significan en nuestro código personal.

En cuanto a los otros dos recursos, la memoria y la imaginación, diré que la memoria, facultad superior vinculada al cerebro, nos permite almacenar y recordar experiencias e interpretaciones, mientras que la imaginación sirve para pensar en lo que no existe y visualizar cómo será o sucederá.

Estos cuatro recursos los usamos para conformar una opinión compleja acerca de nosotros, que conocemos como la autoimagen, base, por cierto, de toda nuestra actuación social.

Esa autoimagen surge de acuerdo con la forma como hemos sido tratados, lo que hemos experimentado, como hemos interpretado nuestras experiencias y las consideraciones que hacemos sobre lo que podemos o no, hacer, lograr y disfrutar.

Se habla de autoimagen negativa o positiva, si la manera de percibirnos es favorable o desfavorable, lo cual repercute en toda nuestra autoestima.

Esa autoimagen la fortalecemos y protegemos férreamente, la mayoría de las veces sin notarlo, a través de varios mecanismos de defensa entre los cuales mencionaré únicamente el de proyección.

La proyección, concepto utilizado en principio por Sigmund Freud, sugiere que las personas recurren a la estrategia mental de colocar afuera, en el mundo exterior, algo que realmente les pertenece o es creación.

Es una operación mental a través de la cual la persona se niega a responsabilizarse por una experiencia o situación causada o vivida por ella y la coloca como causada por otras personas o cosas.

Aquí, se da origen, cuando se hace habitual, a lo que podría denominar la personalidad de víctima.

La personalidad de víctima o el victimismo, consiste entonces en defenderme de posibles situaciones de malestar, a través del no reconocimiento y proyección externa (hacia otra persona o cosa) de determinada situación.

Si una persona llega tarde al trabajo, dirá que la causa es el tránsito automotor, la lluvia, alguna otra persona o cierta eventualidad.

No pensará que la tardanza se debe a que no se organiza, a un hábito que no ha notado que tiene, al mal cálculo del tiempo o a una protesta metafórica que hace contra el jefe, el trabajo o la empresa.

Aunque es una realidad frecuente la existencia de personas que se sienten poderosos y privilegiados y que se aprovechan de su rol o su capacidad para imponer conductas y métodos abusivos en contra de otros menos privilegiados en lo político, lo económico o lo social, también lo es que la existencia de quienes se sirven del victimismo para ganar atención o compasión.

Estos se muestran débiles y maltratados para encontrar el apoyo de otros y evitar tener que realizar los esfuerzos que su situación de vida, natural o adquirida les impone.

Una forma rabiosa de victimismo, consiste en molestarse porque otros no son como nosotros o como deseamos que sean.

En estos casos la tendencia es a atacarlos, acusarlos, etiquetarlos para dañarlos moral, emocional o físicamente.

Esta demostración de intolerancia excluyente, que por inconsciencia e ignorancia espiritual, suele verse amparada por ideologías y credos que ocultan lo que en realidad no es más que simple y llana conducta patológica.

Todos hemos actuado como víctima… niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, negros, indios y blancos, pobres, ricos.

No hay excepción a esta regla y la razón es que, salvo algunos privilegiados, las personas no conocen la forma como funciona su mente, como crean una realidad falsa basada en pensamientos irracionales que generan conflictos y sufrimiento.

¿Y cuáles serían las soluciones?

Acepta que sueles vivir desde una posición de víctima, sin negarlo o evadirlo.

Decide vivir desde una nueva posición mental, la responsabilidad de causa, lo cual consiste en aceptar que en alguna medida y a veces totalmente, eres responsable de cuanto ocurre y acepta que ocurra en tu vida.

Pregúntate…

¿Qué estoy haciendo para que esto me este sucediendo?

Toma esta reflexión, trabaja sobre ella y elévate por encima de la mediocridad funcional que significa pasar por la vida culpando a otros por lo que cada uno de nosotros ha elegido pensar, sentir, hacer, aceptar y estimular.

Obsérvate, conócete y transfórmate.

Cuando hablamos…

Si algún día las personas entendieran la importancia y el alcance que tienen las palabras que salen de su boca, el mundo sería distinto.

Con la boca puedes derrotar al más cruel enemigo o levantar a tu mejor amigo.

Puedes ser medicina o veneno mortífero.

Puedes curar o sangrar una herida.

Puedes dar alivio o causar dolor permanente.

Puedes vivir o morir eternamente.

Si el hombre pudiera elevar su voz con proclamaciones sinceras de su corazón.

Si pudiera sonreír luego de elevar su voz, después de haberle dicho algo a alguien, entonces sería feliz.

¿Cuál es el sabor del dolor ajeno?

¿Cuál es la razón de ser veneno?

¿Por qué te detienes en tu camino para atacar al que está a tu lado cuando bien sabe que mañana podrá ser él el necesitado?

Nos creemos suficientes y por eso menospreciamos al otro y por si esto fuera poco tratamos de hundirlo para poder subir nosotros.

¿Es que los peldaños se construyen con dolor y egoísmo?

¿Estamos tan ciegos que no podemos ver nuestro egoísmo?

Somos míseros mortales y la única diferencia es nuestra manera de ser.

Tan variada es la peculiaridad de cada uno, tan distinta, es magnífico cuando se la puede integrar armoniosamente.

Cuando ya no importa el pasado sino el hoy, el presente.

A tu lado tienes personas que Dios ha puesto en tu camino para que no te sientas solo(a).

Para que tengas con quien construir un futuro, formar relaciones, ya sean pasajeras o de por vida.

Para que intercambies tus pensamientos, obras y sentimientos.

¿Cuál será tu actitud con los que te rodean?

¿Serás misil descontrolado o te atreverás a ser diferente y brindar amor abnegado?

Hoy todo esto es utopía.

Te creen loco si lo lees en voz alta.

Pero si lo pruebas, verás los resultados.

Nada se compara con el bienestar que sientes cuando obras a favor de tu hermano, cuando no lo tiras sino que le tiendes una mano.

Recuerda que no estás solo y tampoco querrás estarlo.

Cómo vivirás, cómo te sentirás mañana depende de lo que hagas hoy.

Habla de tal modo que cuando hables sea medicina tu voz.

Desafortunadamente nosotros…

Desafortunadamente nosotros los seres humanos tenemos tantos malos hábitos que nos faltaría página para nombrarlos.

Sin embargo…

Hay malos hábitos que son peores que otros.

Veamos con claridad cuales son para poder combatirlos día a día y en su lugar cultivar buenos hábitos.

* Echarles la culpa a otros.

¿Acaso vivir culpando a los que te rodean, a la vida o al clima te ha ayudado a ser mejor?

Es muy difícil concentrarse en lo que sí puedes hacer diferente cuando estás muy ocupado culpando a los otros y evadiendo la responsabilidad de tus actos.

Presta atención a lo que eres capaz de lograr y no al espejismo de lo que no puedes por culpa de esto o de aquello.

* Soluciones temporales.

¿Has visto cuando los padres les dan a sus hijos caramelos para calmarlos momentáneamente y luego estos niños se vuelven llorones y malcriados?

Nosotros hacemos igual con nosotros mismos, tomamos nuestro caramelo sin medir las consecuencias futuras y es así como terminamos con problemas de dinero, relaciones sentimentales rotas, enfermos, etc., etc.

* Dejar que el miedo decida por nosotros.

Actuar por miedo es una forma segura de sabotear tu desarrollo personal y dejar que el miedo nos paralice es uno de los peores hábitos.

La vida es para los valientes y la valentía es un don que todos poseemos, desarrolla ese don.

Aprende a luchar aunque te tiemblen las piernas.

* Dejar todo para después.

Cerrar los ojos a la realidad y posponer decisiones o acciones es un hábito negativo.

Recuerda el viejo refrán… no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

Hay cosas que merecen ser ejecutadas en el presente.

No pospongas tu vida.

* Esperando y esperando.

Esta es una de las formas más tristes de llevar tu existencia.

Cuando hay que esperar hay que saberlo hacer con paciencia y sin desesperación pero tampoco no hagas de tu vida una constante espera.

No aguardes eternamente a que el barco llegue y te lleve.

Empieza a construir tu propio barco y embárcate en él.

Movimiento, marcha, impulso y riesgos inteligentes invitan a las oportunidades.

* Pereza.

Es muy fácil ver las consecuencias de este mal hábito que siempre amenaza.

Es verdad que todos poseemos diferentes niveles de energía y es verdad también que la vida no es solo trabajar o estudiar, muchas veces la pereza y la apatía nos congelan y se vuelven una fuerza terriblemente obscura en el sendero hacia conquistar lo deseado.

* Actuar por impulso.

Cuántos arrepentimientos y cuántas lágrimas llegan por esas obras impulsivas.

Antes de actuar analiza las consecuencias que traerán tus palabras o tus silencios.

Pon en práctica tu sentido común.

La ira o la euforia son malas consejeras.

Cálmate, razona y entonces resuelve.

Recuerda que la mejor decisión es aquella que trae paz a tu espíritu.

El amor es libre…

El amor es libre y es eterno.

Eterno como la vida, porque aunque el hombre muera la vida continúa y así también el amor persiste.

El amor está siempre listo para cumplir su misión… la voluntad de dar, de compartir, de embellecer, de ser feliz y hacer feliz.

El amor es bueno, nunca malo y no es verdadero tampoco falso es solo uno, es amor y este jamás controla, no esclaviza, no juzga, no guarda rencores ni envidias, no envenena ni se deja envenenar.

El amor existe, total y puro y de su existencia debemos aprender y debemos enseñar, ya que él es perfecto, más los que amamos somos los imperfectos y a veces por nuestra ira o por nuestros miedos o por terquedad o por celos no dejamos que el amor extienda sus alas y nos embargue.

El practicante del amor debe ser como el artesano, quien trabaja su madera, su bronce o su barro, con ahínco, con atención, con sabiduría.

Creador milenario que aprendió su oficio en la ejecución repetitiva y armoniosa, porque a tallar se aprende tallando y a amar amando.

Amigo(a), que el amor no pase sin tocarte y tú sin tocarlo porque el ser humano debe abrir su alma, abrirla una y otra vez para que una luz de mil estrellas enamoradas entre y lo ilumine y lo haga encontrarse cara a cara con los rostros infalibles de la alegría, la bondad y la belleza.

En esta oportunidad hablare de la empatía…

En esta oportunidad hablare de la empatía, la cual no es otra cosa sino la habilidad que posee un individuo de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, lo que genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.

Muchas disciplinas las han considerado un fenómeno muy importante y relevante entre ellas la psicología que le asigna, un rol de mediador cultural, para evaluar la conducta social.

Ha sido un tema de interés tanto para la psicología clínica como educacional, social y de la personalidad.

Algunos doctrinarios la definen como la habilidad cognitiva, que es inherente a un individuo, de tomar la perspectiva del otro o de entender algunas de sus estructuras de mundo, sin adoptar necesariamente esta misma perspectiva, es como colocarse en los zapatos del otro y aunque no pienses igual que ellos conocer o entender lo que ellos sienten a sabiendas de que cada individuo posee un guión propio.

Para otros la empatía es empírica, ya que es como una experiencia adquirida a partir de las emociones de los demás a través de las perspectivas tomadas de éstos y de la simpatía, definida como un componente emocional de la empatía.

En resumen podemos decir que no es otra cosa sino la habilidad para estar consciente de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás.

En otras palabras, el ser empático es el ser capaz de “leer” emocionalmente a las personas.

La empatía se enlaza con otras habilidades o capacidades de comportamiento importantes dentro de las cuales se incluye… calidad de interrelación, desarrollo moral, agresividad y altruismo.

También incluye una respuesta emocional orientada hacia otra persona de acuerdo con la percepción y valoración del bienestar de ésta y una gama de sentimientos empáticos como ya hemos dicho anteriormente simpatía compasión y ternura.

Los estudiosos de la materia han establecido que puede existir una empatía que abarque respuestas con pautas afectivas y cognitivas.

Trayendo esto como consecuencia dos distinciones… empatía cognitiva, constituye una comprensión del estado interno de otra persona y empatía emocional (o afectiva), que involucra una reacción emocional por parte del individuo que observa las experiencias de otros y se coloca en el lugar del mismo.

A los efectos de una mejor comprensión del concepto dado anteriormente es necesario distinguir entre capacidad y tendencia empática.

Una capacidad, es propia de cada individuo que posee la habilidad de conectarse con actividades mentales, puede adoptar la perspectiva de los demás o atender a sus propios estados internos.

Se han establecido teorías que se refieren al desarrollo de la empatía de los niños, estableciendo que virtualmente desde el nacimiento el infante es capaz de experimentar un estado de aflicción personal en respuesta a la aflicción de otros, incluso la de su madre cuando se encuentran en el vientre.

Sin embargo…

Las habilidades cognitivas del niño se desarrollan con la edad, así como también los sentimientos de simpatía y la toma de roles, pero a la vez disminuyen la capacidad de aflicción personal.

En fin a medida que vamos creciendo perdemos esa habilidad que poseemos de forma innata de colocarnos en el lugar de otros.

Las funciones de la empatía van desde la motivación, ya que amplifica o intensifica la motivación a aliviar la necesidad de otra persona.

Hasta la información acerca del grado en el cual uno valora al bienestar de las otras personas y desea aliviar su necesidad.

Existe una relación entre el “ser” y la “empatía” ya que las personas están predispuestas a empatizar con aquellos que consideran similares o con objetivos parecidos a los de ellos, que encuentran dicha similitud como resultado de su interacción, entender esta relación nos puede llevar a entender a que se debe el aumento de empatía en determinadas situaciones en comparación con otras, como por ejemplo…

Aumenta cuando la persona experimenta angustia, motivando que se preste ya sea una ayuda egoísta o ayuda dirigida a reducir la propia angustia y afecto empático ayuda altruista o ayuda dirigida a reducir la angustia de los demás.

La angustia personal aumenta si uno de los sujetos que intervienen en el proceso empático posee auto-discrepancia (estados afectivos negativos).

Sin embargo…

El afecto empático sólo aumenta sí el sujeto comparte la vulnerabilidad emocional de la otra persona.

Cuando uno de los sujetos ha experimentado la angustia de la otra, se produce empatía y conductas altruistas ya que se revive esa angustia.

La relación entre auto-estados compartidos y los efectos emocionales de la empatía podría llevarnos a entender la motivación interpersonal.

Las personas que orientan su atención en entender los sentimientos de los demás y que se comprometen afectivamente con ellos, experimentan un mayor interés empático y ofrecen más ayuda que aquellos que se centran en los procesos de pensamiento.

Lo más probable es que una persona que experimenta empatía por otra, reacciona en forma altruista.

Sin embargo…

No siempre ocurre de esta manera.

Podría esto deberse a que existen factores situacionales como la presencia de terceros, situaciones ambiguas, etc.

Que van a promover o inhibir la conducta altruista.

La relación más alta entre empatía y altruismo se da cuando existe una relación entre personas y una de ellas necesita ayuda.

Dentro de la empatía podemos observar que muchas veces puede ser que experimentemos ese sentimiento de entender a los demás pero que se nos presenten otras circunstancias que pueden llevarnos a que a pesar de tener el sentimiento empático, actuemos por motivos egoístas ya que observamos el costo de la ayuda y en este caso nos encontramos ante un conflicto de intereses entre el bienestar propio y el de los demás, por lo tanto dentro de nuestra sociedad aún cuando las personas experimentan este sentimiento no se comportan como tal, debido a esa lucha de intereses que se presentan.

Ya que el alto costo de la ayuda desvió la atención en considerar a los demás.

La empatía debe presentarse en las parejas, donde cada miembro trata de inferir con precisión pensamientos y sentimientos del otro.

Desde luego esta inferencia guarda una relación proporcional al tipo de relación de las parejas, es necesario que se basen en sinceridad, habilidad de comunicación y funcionamiento total de estas cuando las parejas resuelven conflictos de forma directa y abierta, se logra un mejor diagnóstico de la situación y se tiende a desarrollar más comprensión de sentimientos y pensamientos en sus discusiones.

La relación entre empatía y calidad de relaciones son mayormente positivas, si los asuntos confrontados son más triviales, menos conflictivos y menos amenazadores para la relación y la relación podría ser negativa si el contenido de la confrontación es más importante, más conflictivo y más amenazador.

Además se plantea que el conocimiento personal acerca del otro aumenta la empatía, por lo que se daría más en amigos que en desconocidos.

El atractivo físico también sería un factor importante de considerar.

La empatía es una respuesta afectiva cognitiva en virtud de que se activa por el estado de necesidad de otra persona y su intensidad se relaciona con la rapidez e intensidad de la ayuda subsiguiente, la que también depende de la información acerca de los pensamientos, sentimientos del otro y cuánto valoramos el bienestar de éstos.

La empatía es importante ya que repercute en gran parte en el repertorio de conductas sociales, tales como relación de pareja, amistad, agresión, conductas altruistas, actitud hacia los desconocidos.

La empatía en su mayoría es motivada por un deseo altruista de aliviar el estado de necesidad en que se encuentra una persona y no sólo tal como lo han establecido algunos especialistas el deseo egoísta de mejorar nuestro propio estado de tristeza o angustia que pudiera provocar el percibir a alguien en necesidad.

Tendemos más a empatizar con amigos que con extraños porque existe un mayor intercambio de información con los primeros y también debido a la información previa almacenada que se tiene de estos.

Esto permitiría inferir con mayor rapidez y precisión pensamientos y sentimientos del otro haciendo más fácil interpretar las situaciones en las cuales debemos ser empáticos.

Se considera que la misma es una habilidad de carácter subjetivo, ya que es dependiente del individuo que la manifieste dadas las características de la percepción como fenómeno cognitivo implica no sólo la adquisición de información inmediata del ambiente, sino que juega un papel importante la información obtenida a través de vivencias previas y la relación que se establece entre ambas.

El ser humano capaz de transformar…

El ser humano capaz de transformar la realidad que nos circunda, es alguien que cree en su potencial de acción y lo lleva más allá de la rutina, la inacción, la dependencia y la desesperanza que llevamos dentro los demás seres humanos.

Los problemas están ahí y el común de los seres humanos solo alentamos la ilusión de querer transformarlos, pero estamos invadidos por el temor al riesgo, la desilusión o la idea de esperar mejores momentos para tomar la decisión de afrontar el desafío, mientras que poco a poco nos vamos metiendo en un callejón sin salida, consolados por preguntas justificadoras como…

¿Para qué me preocupo por cambiar las cosas, si una golondrina no hace el verano?

Los líderes de sus propias acciones sea cual sea su disciplina, no piensan así.

Saben que cada día que pasa es más difícil cambiar lo establecido y desde esa interpretación, asumen el compromiso con la realidad que les circunda.

Por esa razón, no podemos “dormirnos sobre los laureles” de los datos inflados y mal intencionados, las falsas esperanzas, las creencias ilusorias o la ingenua percepción de la realidad que produce el yo rutinario de la mayoría de las personas.

La ingenua percepción de la realidad que poseemos la mayoría, esta representada por frases como…

- Esto mejora…

- Tengo la esperanza que todo va bien…

- Soy optimista…

- Me basta con tener pensamiento positivo…

Mientras el líder de sus propias ideas actúa con una lógica radical, expresada en propuestas nuevas de acción, alimentadas por su potencial de realización, con el cual cautiva por la fuerza que le imprime, estimulada por el orgullo del hacer, aunque lo llamen individualista o soñador.

De este estar despiertos ante la realidad, surgen preguntas evaluadoras como…

¿Cuáles son mis esquemas mentales y mis paradigmas con respecto a las diferentes situaciones que la realidad me presenta diariamente?

El líder de sus propias acciones se conecta con la realidad en forma de responsabilidad consigo mismo y modifica sus actitudes por medio de acciones que realiza libremente como un quehacer de magnitud mágica, porque transforma, crea y establece el cambio de lo viejo por lo nuevo.

Cambiar lo viejo por lo nuevo desde la acción del líder de sí mismo, es un acto de decisión que consiste en reconocer las propias posibilidades para actuar sobre la realidad, como una forma de inducir intenciones que configuran formas de transformar la realidad personal.

Desde esa experiencia consciente, la decisión de atreverse a ser dueño de sus propias ideas, constituye una forma de explorar el potencial de acción existente en el interior de cada persona, el cual de expresa a la manera de un motor interno que irrumpe el estado de latencia entre el acto de querer realizar las propias ideas y el acto de realizarlas.

En mi epitafio, allá donde sea…

¿A cuántos sepelios has asistido?

¿Cuántos pésames has dado?

¿Cuántos seres queridos han fallecido?

¿Cuántas veces has acompañado a un cortejo fúnebre?

Sin lugar a dudas todos tenemos desagradablemente respuestas a esas cuestiones.

Llega el proceso de la muerte pasando de refilón por nuestras vidas.

Son como flechas lanzadas por un arquero invisible que por el momento no han impactado en nuestra diana.

Pero algún día ese arco que dispara los dardos del final de nuestros días llegará, posiblemente, sin previo aviso.

¿Recuerdas aquellos momentos cuando nos han dado la noticia, cuando hemos de dar el pésame o recibirlo, cuando se vela el cuerpo presente dentro de la famosa “caja de pino” y cuanto en esas horas se dice?

Lamentablemente los estereotipos se manifiestan compulsivamente…

- No somos nadie.

- La vida es corta.

- Que buena persona era.

- Cuanto quería a su cónyuge y a sus hijos.

- Llevó una vida ejemplar.

Cuando estas circunstancias aterrizan, los sucesos se repiten de forma clónica.

Parece que debemos revivir y actuar de acuerdo a unos patrones establecidos.

Parece que es inevitable la dramatización, la especulación y el espectáculo, a veces y desgraciadamente, sórdido de algunos de los personajes que asiste a la obra de teatro que se escenifica sin ensayo ni concierto.

Hablar de este proceso ineludible no parece ser el sustento literario ni anímico favorito de nadie.

Quizás sea por el miedo a lo desconocido, aunque para mí sólo es el miedo a confrontar la vida que se experimenta.

Al hilo de ellos manifestar lo que en dos ocasiones me relataron sobre algo que me sorprendió de una de las costumbres que poseen en la India, pero que con el tiempo llegué a entender.

Resulta que con el nacimiento de una nueva vida se producen lamentos al pensar en lo que aún le queda por pasar al recién llegado y que por el contrario, en el momento de la muerte se establece un cierto regocijo al saber que ese ser querido ha dejado de padecer pasando al estado de conocimiento de la paz.

Curioso, pero cierto y al mismo tiempo asumible y respetable por la cultura en la que se mantienen.

Como observamos, las manifestaciones son distintas ante el mismo evento y no por ello lo sustancial cambia.

No obstante y antes de entrar con brevedad en la materia quiero traer a colación a un periodista, relevante cronista parlamentario y escritor ya fallecido cuyo nombre es Luis Carandell, quien recopiló y editó un volumen con numerosísimos epitafios que había recogido en centenares de cementerios que había visitado como consecuencia de sus numerosos viajes debido a su trabajo periodístico.

Los había de todas clases.

Divertidos, morbosos, llenos de sabiduría, en clave de humor, en tono de protesta, etc.

La entrevista que le hicieron con motivo de la presentación del libro fue entretenida, animada y desinhibida.

Mencionado todo esto, quiero retornar al principio y recordar el momento en que el ataúd es introducido en el nicho y cerrado.

Con posterioridad, al cabo de unos días, el marmolista llega con una hermosa placa con letras doradas incrustadas y la coloca, cerrando definitivamente el suceso.

La mayor parte de las mismas dicen sentencias parecidas a la siguiente…

- Aquí descansa en paz…

Compruébalo es verdad, es el común denominador de todas esas preciosas lápidas de mármoles bien labradas.

El hecho de que tras la muerte se alcanza la paz es el punto de encuentro entre nuestra cultura y la hindú.

Sin embargo…

En mi epitafio, allá donde sea, quiero que pongan sin adornos dorados o florituras oníricas…

- Vivió en paz y alcanzó la felicidad.

Simplemente porque esa es la verdad.

Y la verdad, está al alcance de todos, sólo has de buscarla para poder concluir tus días y si quieres imitarme en mi epitafio.

Generalmente los libros…

Generalmente los libros de cómo realizar o alcanzar nuestros sueños destacan los métodos para hacerlos realidad y la satisfacción de su consecución.

Todo aquel que ha experimentado un sueño sabe que una cosa es la teoría y otra la práctica.

Primeramente hay que soñarlo, ya que por lo regular son simples deseos y en realidad no se tiene idea de lo se quiere o es muy general complicando nuestra decisión de ir tras ellos.

Para poner un ejemplo si uno sube una montaña desde donde se ve todo un bosque y se nos pide contemplarlo unos minutos para después describirlo detalladamente.

Nos daríamos cuenta que omitiríamos varios detalles, sin incluir los ruidos y el clima y aún más difícil sería recordarlo una semana después.

Esto nos da una idea de lo que sucede en la vida real con nuestros sueños.

Donde no basta sentarse y estar en calma para que los sueños lleguen a nuestra cabeza.

Pocos tienen la suerte de saber exactamente lo que quieren, por lo que se requiere tiempo y dedicación para poder definir lo que realmente queremos.

Lleva tiempo comprender que alcanzar un sueño no es conseguir un puesto social, sino una transformación de lo que somos actualmente.

Por lo regular no estamos dispuestos a alcanzar nuestros sueños porque preferimos caminos seguros y dedicamos los mejores años de nuestras vidas a trabajos que no nos gustan y haciendo lo que otros quieren.

Con el fin de recibir dinero para mantener nuestra zona de confort.

Retrasamos nuestros planes pensando que aún no tenemos la suficiente experiencia, seguridad, apoyo o definición para realizar lo que queremos.

Pero la pregunta es…

¿Cuándo lo tendremos todo?

Para muchos nunca.

Es difícil salir de nuestra zona de confort porque en el fondo sabemos que nuestra seguridad no proviene de nuestro interior, sino de una posición social.

En ocasiones cuando pensamos en voz alta para comentárselos a familiares y amigos no recibimos apoyo, sino cuestionamientos y dudas.

Entonces comprendemos que existe un precio (*) alto para realizar nuestros sueños y no todo el mundo está dispuesto a pagarlo.

Una de las etapas más difíciles de superar es el hecho de que el camino es solitario, quizás algunas personas lo hayan podido logar con ayuda de otros, aunque sinceramente escuchamos más sobre problemas entre socios que de éxitos entre dos o más personas.

¿Por qué es tan difícil hacerlo con ayuda de otros?

Primeramente porque sólo algunos tienen bien definido lo que quieren alcanzar y segundo el sueño es único.

Es poco probable que dos personas o más puedan coincidir en un sueño, claro que alguien podría decir que existen cientos de casos en la historia sobre sueños compartidos que se llevaron a cabo, el único problema es que somos más de 6.000 millones en este planeta y sólo algunos logran encontrar un sueño de otro que los satisfaga por completo.

Además los sueños de vida son integrales y no involucran sólo una faceta, de ahí que sean únicos.

Así que si alguien decide seguir las huellas de un sueño tendrá que aceptar que gran parte del camino lo tendrá que hacer sólo y este es un precio que se tendrá que pagar.

¿Alguna vez escuchaste?

Que no es tan importante que tan rápido se avance, sino que sepamos en qué dirección vamos.

Para muchos la dirección no es tan clara como el avanzar.

¿Por qué?

Sencillo porque hemos sido educados para avanzar por caminos seguros, probados y que probablemente nos llevan a un éxito que es reconocido por la mayoría de la personas.

Poco son los que se encuentran preparados para avanzar lentamente, mientras la mayoría de los amigos y familiares pareciera que lo hacen más rápido, dejándonos atrás en un camino solitario e incierto, sin ninguna señal que nos diga que vamos bien o mal.

Quizás con el tiempo, si es que no desistimos antes, el destino nos premia con un oído más sensible que puede escuchar a nuestro corazón y que hemos estado evitando escuchar durante muchos años.

Una voz que nos dice que el camino es solitario porque la transformación no es grupal, sino individual y que es necesario que así sea para poder hacer frente a lo que viene.

Al escuchar a nuestro corazón se nos exige otro pago… vencer el miedo.

Tememos ir a donde nadie se atreve y hacer cosas que parecen imposibles.

Para vencer el miedo tendremos que cambiar nuestra forma de ser y de medir el éxito, ya que el triunfo no significa tener dinero o una buena posición o bienes materiales.

El verdadero triunfo es transformarnos en lo queremos ser.

Produce temor escuchar al corazón porque nos recuerda quienes somos realmente.

Al vencer al miedo no necesariamente garantizamos una meta, pero una vez vencido no hay vuelta hacia atrás, sería algo así como en la película de Matrix, una vez que salimos de ella, regresar sería una mentira difícil de continuar.

La transformación ha comenzado es dolorosa y su terminación depende de que tantos nos aferramos a nuestro pasado, para algunos puede ser toda la vida, para otros un momento de decisión sería suficiente.

Siendo realistas nos llevará algo de tiempo porque sólo en películas o en los libros se puede observar personas que alcanzan todo en cuestión de días.

Los sabios saben que el objetivo o la meta no son tan importantes como el proceso.

Del proceso radica la verdadera realización aunque es más fácil decirlo que aceptarlo.

Cuando comprendemos nuestro destino nos damos cuenta que el objetivo no es lograr algo, sino vivirlo.

El camino de la realización es integral y fortalece lentamente los diferentes ambientes de nuestra vida.

Su aceleración es inútil porque la mayoría de los seres humanos vivimos en sociedades enfocadas en el control y nuestra liberación de los condicionamientos es lenta.

Tampoco trabajar durante 80 horas a la semana en nuestra misión de vida nos acerca a nuestro sueño.

Nadie puede representar un papel 24 horas al día, es necesario dejar de ser la máscara para renovarnos y poder reinventarnos continuamente.

Algunas sugerencias para aquellos que quieren o han empezado a seguir sus sueños son las siguientes…

Primeramente no hay recetas mágicas, ni libros, ni gurús que nos digan exactamente que se necesita para un propósito personal.

Pueden ayudarte, pero la vida se encargará de recordarte que las soluciones de largo plazo se encuentran en ti.

Tenemos que aceptar que el cambio del “ser” es un proceso lento y para muchos doloroso porque estamos condicionados por la educación de nuestros padres y la sociedad en que vivimos.

Existen personas capaces de liberarse de los condicionamientos, pero pocos los que lo logran en poco tiempo.

De ahí la razón de que sólo algunos se animan a seguir su propio camino.

No hay que tratar de cambiar a nuestros seres queridos o de convencerlos que nuestro camino es el mejor y que por tal motivo tienen que seguirlo o apoyarnos incondicionalmente.

Si tu pareja, familiares o amigos no han iniciado el camino hacia su sueño es porque no están listos y forzarlos será contraproducente.

En lugar de tratar de cambiarlos sería mejor analizar cómo afectará la realización de nuestros sueños en sus vidas.

El cambio trae resistencia y una vez iniciado viene la lucha interior entre principios, valores, hábitos y condicionamientos.

No sería prudente agregar a la lucha a otras personas.

Preferentemente se debe hablar con los seres cercanos sobre nuestro sueño y de cómo podría beneficiarlos no solamente monetariamente.

También hay que mencionar la posibilidad de una mejor conexión y acoplamiento en la relación.

Debes recordar que lo importante no es alcanzar el sueño, sino vivirlo.

Por eso es importante disfrutar todas las actividades que hagas aunque muchas de ellas no sean satisfactorias o no traigan los resultados esperados.

Algo que te puede ayudar con lo anterior es realizar las actividades con la perfección que en ese momento te es posible.

No planees demasiado, vive y corrige sobre la marcha.

No esperar reconocimiento, ni beneficios monetarios en el corto plazo aunque son importantes en esta sociedad, no lo es todo.

Lo más seguro es que primero tengamos que transformarnos en lo que queremos ser para que los beneficios superficiales vengan a nosotros.

Se dice que el pensamiento repetitivo vuelve realidad nuestros deseos, pero la pregunta es…

¿Por qué no funciona para todos?

La respuesta es porque no lo creemos en el largo plazo, tal vez por momentos, pero no es algo que creamos de manera natural.

El corazón juega un papel importante en este punto porque puede ayudarnos a vencer nuestra inseguridad y creer en nosotros mismos.

Las respuestas no provienen del exterior, sino del interior y son capaces de cambiar nuestra vida ayudándonos a combatir los adicciones, condicionamientos y proporcionándonos la fuerza necesaria para continuar.

Para finalizar se podría decir que en un principio la lucha será intensa y su duración proporcional al tiempo que nos resistamos en olvidar nuestros condicionamientos, quejas y pesimismo.

En este escrito se llamo precio (*) a las cosas que teníamos que hacer para alcanzar nuestro sueño, pero cuando dejemos de sentir que es un precio y creamos que es un regalo para nuestra vida entonces nuestro camino será guiado por el corazón y el miedo tenderá a desaparecer.

Es muy significativo en el logro…

Es muy significativo en el logro del crecimiento personal, especialmente en el espiritual saber cultivar la verdad, esa que genera armonía, paz, felicidad, es decir, la que no esta contaminada de lo ilusorio, transitorio, la no experimentada.

Desafortunadamente son pocos los que han despertado en su real autenticidad, en su templo interno y no le da importancia a ello, por el contrario, prefieren permanecer prisioneros de los estímulos superficiales, de aquellos que obstaculizan el sorprendernos en ser auténticos dentro del escenario que nos toca participar en la misión que nos corresponde desempeñar al manifestarnos en este plano.

Se ha comentado con insistencia en otras oportunidades, que una vida de total dedicación a la verdad significa también una vida en la cual el individuo este dispuesto a aceptar que le pidan cuentas.

No nos debe extrañar entonces, el que muchas personas no le gusta proyectar su realidad, es decir, las acciones que cometieron -algunas erróneas, dañinas- y que en alguna forma obstaculizaron su crecimiento, porque no estaban atentos, despiertos, simplemente se forjaron ilusiones y estructuraron una verdad que desde su origen estaba contaminada de grandes fallas.

De aquí, que no nos debe sorprender que se justifiquen y traten hacer creer que esa es la verdad que los guió a actuar y se molestan cuando se les hace ver que estaban equivocados o bien los resultados no eran los esperados.

De ahí entonces, que no nos sorprende cuando se dice, que una vida de total dedicación a la verdad significa también una vida en la cual el individuo este dispuesto a aceptar que le pidan cuentas.

¿Estás dispuesto hacerlo?

Si no lo hacemos así, desafortunadamente vivimos como la gran mayoría -aun personas afines a nosotros- en un sistema cerrado, dentro de una campana de vidrio, donde respiramos solo nuestro propio aire corrompido y nos hallamos cada vez sometidos al engaño y lo que es peor -perjudicamos a otros que creen en ellos.

Cuantos de ustedes revisan constantemente ese abanico de creencias que han considerado como su verdad, eso que denominan el mapa de la realidad, pues se dice que generalmente tendemos a evitar o a rechazar todo cuestionamiento de validez.

De aquí, que no debe extrañarnos que le digamos a nuestro conyugue…

- Vive y deja vivir.

- No me critiques, si lo haces te haré pasar ratos difíciles y porque no una vida imposible.

- Si no me cuentas la verdad yo no me responsabilizaré de mis actos.

A los hijos mismos…

- Has lo que te digo, no me repliques, no me pidas explicaciones.

Lo cierto, que es muy interesante el sorprendernos cuál es nuestra reacción ante las explicaciones y el notar como existe la tendencia a evitar el tener que darlas, lo que se ha tornado generalizada en los seres humanos -y más aun en quienes decidieron acompañarnos transparentemente en lo afectivo- lo que se puede considerar una característica de la naturaleza humana, aunque es natural y no significa que sea una conducta esencial, beneficiosa o inmutable.

Considera además, el que no debes atormentarte el sorprenderte atrapado en el resultado deficiente de tus acciones y si ello lo has conllevado a edificar verdades falsas, creyendo que todo es resultado de lo que considerabas que era bueno, de esos modelos ilusorios que se forjan para creer que se está siendo lo correcto y no querer ver tus deformaciones.

Si debes preocuparte el no corregir esas acciones que contaminan a todo aquello que se te acerca y que tu misma critica y trata de autodestruir cundo alguien les vislumbra la necesidad de un auténtico autoanálisis.

No malgaste tú tiempo esforzándote en evitar en rendir cuentas, en descubrirte lo engañado que has estado, en las trampas que has caído y todo aquello que se entrega a una sutil forma de mentir.

Una vida de total dedicación a la verdad, significa una vida de total sinceridad.

Se trata de un continuo e incesante proceso de enrutamiento de uno mismo para asegurarse que las comunicaciones que se hacen -no solo las palabras que se dicen- reflejan siempre y con la mayor precisión posible la verdad o la realidad tal como la conocemos.

La gente miente para evitar el sufrimiento de la responsabilidad y sus consecuencias y nos duele, cuando la mentira hace estragos en los seres con quien más nos hemos identificado.

Mentir es un intento de eludir el legítimo sufrimiento, el justificarse, por lo tanto, produce indisposición mental y evita que la verdad se manifieste.

Busca tu camino correcto, no atajos que te justifiquen tus errores, no oculte tus fallas, enfréntelas y evita perpetuar la mentira, deja que aflore la verdad sin contaminación.

La espiritualidad es…

La espiritualidad es el enlace entre la vida interior y la vida del universo.

Una comunión sublime que se escapa de los dominios de la razón.

La espiritualidad es la armonía entre tu existencia y la existencia fuera de ti.

Es el deleite en la naturaleza, en los instantes infinitos con la lluvia, el rayo de sol, la ola que rompe, la estrella fugaz.

La espiritualidad es ese lazo poderoso e invisible entre un ser humano y otro, aun siendo desconocidos.

Para ser espiritual no necesitas pertenecer a ninguna religión o asistir a alguna iglesia.

La espiritualidad no depende de altares, ni de libros sagrados, ni de convenios sino de tu conciencia individual hacia la unión con la tierra, con la humanidad y si es tu creencia con la divinidad también.

Acércate a la ventana y observa el cielo, o siéntate a la orilla de un rio, o párate frente a una montaña, o acuéstate sobre la arena y entonces cierra tus ojos, respira por tu nariz profundamente, hazlo al menos por cinco minutos y después abre tus ojos y mira a tu alrededor, descubrirás maravillosamente que aquel paisaje y tú están conectados, porque ambos son parte de la misma esencia universal… esa es la espiritualidad.

Todos podemos convertirnos en seres espirituales, empecemos ahora, desarrollemos nuestra capacidad de admiración por todo lo bueno y lo bello que el mundo nos ofrece.

Dejemos atrás los malos modos para con los otros, para con los animales, para con la tierra.

Como parte de nuestro desarrollo personal, la espiritualidad es imprescindible, ella nos ofrece alegría, sosiego y unidad.

Mucho se ha hablado del amor…

Amores que matan, amores que decepcionan, amores en los cuales se da todo y no se recibe nada a cambio.

Amor tierno, amor verdadero, amor conciso, amor confuso, amor sin piedad, amor con odio.

Mucho se ha hablado de esta palabra que todavía nadie sabe lo que es realmente.

Incluso se han hecho estudios científicos, pero nadie sabe descifrar el tan maravilloso y traicionero concepto.

Una cosa si que está clara, el amor es un sentimiento que el ser humano conoce en la mayoría de los casos.

Amores pasionales, amores sin paz, amores con cordura, amores sin ternura.

De todo tipo existen.

Una pequeña confusión en las personas cuando hablamos de este tema, es el siguiente, cuando hablamos de amor, rápidamente, ese amor se asimila al amor de pareja entre seres humanos.

Este amor como todos los amores es maravilloso pero seamos un poco más globales.

También, como todo el mundo sabe y todo el mundo ha oído, el amor se puede expresar hacia otros seres y/o hacia otras cosas.

Este es el caso del amor hacia los animales, amor hacia las plantas, amor hacia la tierra.

En resumidas cuentas amor hacia la naturaleza o hacia otros conceptos mas materiales o abstractos.

¿Cual será la naturaleza del amor?

Nadie sabe cual podrá ser la materia que alimenta este sentimiento.

A lo mejor, es que nos estamos equivocando y el amor no necesita ninguna materia para ser alimentado.

Puede ser que nos equivoquemos al intentar descifrar su naturaleza.

Cualquier científico empírico diría lo contario.

Eso, lo aseguro.

Sé que con estas simples palabras no vamos a llegar a ningún sitio y tampoco es esta mi intención.

Sólo sé que lo maravilloso y perfecto es tener una idea global de lo que puede ser y de la experimentación socio-cultural de lo que puede ser el amor para los seres humanos.

Poca gente no habrá conocido lo que es o puede ser este sentimiento.

Expresarse... no se puede expresar de una forma física, pero interiormente se sabe que uno está enamorado.

Si alguien nos comenta que no ha sentido amor a lo largo de su vida, puede ser que esta persona no ha descifrado todavía lo que es el amor.

Tiempo al tiempo.

Posiblemente lo haya tenido cerca y dentro de él.

Casi seguro que sí.

Lo que le habrá ocurrido es que no lo ha reconocido.

Simplemente no ha reconocido lo que hoy por hoy podemos llamar amor.

Que alguien levante la mano si no ha mirado al cielo azul con sus tranquilas nubes blancas y se ha sentido feliz.

Que alguien me diga que no ha abrazado el tronco de un robusto árbol y cuando lo ha soltado se ha sentido raro pero a la vez… extraño por lo sentido.

Quien no se ha recostado en una extensa pradera al sol y se ha sentido a gusto consigo mismo a pesar de todo lo que le puede rodear.

Si todavía tú no lo has hecho, es el momento para que puedas experimentar todo esto que estoy comentando.

Una cosa está muy clara.

Si uno no es capaz de amarse a si mismo nunca podrá amar a nadie ni a nada.

Simplemente por la razón de que si uno no tiene, no puede ofrecer.

¿Cómo se va a dar amor si no se tiene?

Y el lado opuesto siempre ocurre.

Hay seres que están llenos de tanto amor que lo reparten por doquier y no les importa darlo a pesar de las amarguras que incluso les proporcionen esos seres que lo reciben.

Eso es el verdadero amor, el amor que no pide nada a cambio.

Es muy sencillo.

El ser que da todo este amor es por si solo feliz repartiendo su amor y compartiendo éste con los demás.

Y es que el amor da la felicidad.

Otros seres peores que los no conocedores de la existencia del amor o de la no autoestima amorosa, son aquellos que sabiendo que pueden dar amor y les sobra todo ese amor no son capaces de darlo aunque vean que alguien pueda necesitarlo.

Avaricia amorosa.

Y aquí es donde aparece el odio.

El odio por la pérdida de amor.

El odio por el futuro incierto de una vida amorosa amarga y poco fructífera.

Y es que el odio es el mal de todos los males.

Odio por todo y odio por nada.

Si todo el mundo fuésemos un poquitín, solamente un poquitín mas amorosos con los seres que nos rodean, todo sería más bonito, más complaciente y menos penoso.

No habría tanto odio pero sí a lo mejor mucho más desamor.

No se sabe y será muy difícil de averiguar.

Al fin y al cabo... amor y odio.

¿Que más dará?

No olvides traer tu calzador…

¿Cuántas veces a lo largo de tu vida has utilizado la palabra éxito?

¿Cuántas veces te has referido a esta palabra como algo que deseas, envidias o que es parte de ti?

Pero…

¿Cómo defines la palabra éxito?

¿Qué es éxito?

Todo el mundo lo quiere y muy pocos lo consiguen.

Parece adivinanza y es curioso pensar que nos referimos a una palabra que tiene distintos significados para cada persona.

La he clasificado en éxitos profesionales, familiares, escolares, sociales, financieros etc.

Es muy difícil o casi imposible llegar a un objetivo si es que no lo tenemos claro.

Lo primero que tienes que hacer para ser exitoso es saber con seguridad qué es el éxito para ti.

¿Es acaso el éxito un objetivo en tu vida?

Después de mucho trabajo llegué a mi propia definición del éxito…

El éxito es la paz mental, es la autosatisfacción de saber que haces lo máximo para llegar a ser lo mejor que eres capaz de ser.

Tomando en cuenta lo recién mencionado, no podemos percibir el éxito como un objetivo en la vida, es como si persiguiéramos un atardecer, por más que corras hacia el oeste nunca podrás alcanzarlo.

El éxito es un sentimiento, una actitud, una manera de pensar, de actuar y de ser un modo de vida que se refleja en una paz mental.

El individuo realmente exitoso no es exitoso sólo por momentos o en situaciones de triunfo.

Una persona exitosa siente esta paz y esta autosatisfacción en momentos de dolor, fracaso, rechazo y frustración, se mantiene firme, determinado y perseverante ante sus objetivos sin importar lo adverso de las circunstancias externas.

Para este tipo de personas el fracaso es la mejor oportunidad de crecer y de aprender y saben que cada fracaso les acerca a la meta que se han propuesto.

En las artes marciales la mejor manera de aprender a subir la guardia en un combate es recibiendo patadas.

La gente se burlaba de Edison cuando este insistía e insistía en encender una bombilla de luz.

- Edison llevas cientos de fracasos, ya renuncia -le decían.

A lo que Edison respondía…

- Llevo cientos de éxitos, he encontrado cientos de maneras de cómo no encender una bombilla.

La actitud del éxito no te da cabida a renunciar, no existen fracasos sólo aprendizaje y el aprendizaje siempre te beneficia.

En la actitud del éxito se involucra el placer, el disfrute de todo el proceso de crecimiento.

¿Te has fijado que este tipo de gente no está obsesionada con el éxito?

Ni siquiera hablan de él.

Una vez escuché un señor de edad mencionar que el éxito, así como la felicidad, es comparable con un zapato, estás consciente de que el zapato existe cuando algo anda mal, cuando se metió una piedra, cuando aprieta o está demasiado flojo, cuando el zapato es bueno y cómodo no eres consciente de que existe y nunca piensas en él, no lo sientes y ni le das importancia.

Ahora…

¿Qué debemos hacer para acomodarnos bien el zapato?

¿Cómo llegar a estar cómodos hasta el grado de que incluso nos olvidemos de que existe?

No olvides traer tu calzador.

Nos corresponde a cada uno…

Nos corresponde a cada uno de nosotros estar atento en la forma como nos interrelacionamos, como manejamos, cultivamos nuestras virtudes, trabajar en pro de nuestro crecimiento a fin de alcanzar una buena calidad de vida mientras permanecemos en este plano.

En este escrito se exponen algunas sugerencias que nos aportan quienes se han preocupado por alcanzar un buen crecimiento y gracias a sus experiencias que nos legan podemos adentrarnos en el alcance de una buena calidad humana.

Afortunadamente hay personas que no solamente se han preocupado por su crecimiento personal, sino que nos legan sus experiencias, nos sugieren aspectos que no podemos descuidar en nuestro crecimiento, nos recomienda que tengamos presente, que nunca nos dejemos avasallar por el fracaso, por el no logro de objetivos que nos hemos propuesto alcanzar y así nos indica…

Fracaso no significa que somos unos fracasados.

Significa que todavía no hemos tenido un buen éxito.

Fracaso no significa que no hemos logrado nada.

Significa que sí hemos aprendido algo.

Fracaso no significa que hemos actuado como necios.

Significa que sí hemos tenido mucha fe.

Fracaso no significa que hemos sufrido el descrédito.

Significa que sí estuvimos dispuestos a probar.

Fracaso no significa falta de capacidad.

Significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.

Fracaso no significa que somos inferiores.

Significa que aún no somos perfectos.

Fracaso no significa que hemos perdido nuestra existencia.

Significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo.

También se nos recuerda que tratemos de cumplir con el código de cortesía que nos indica…

1. Aprender y saber escuchar.
2. Agradecer y ser amable al escuchar.
3. Evitar discutir y simplemente atender y escuchar.
4. Estar continuamente con disposición a sonreír.
5. Dar el trato a otros que quiere para sí, o a los suyos.
6. Pedir siempre “por favor”.
7. Autodominarse ante las dificultades.
8. Respetar si pretendemos que nos respeten.
9. Procurar aguardar pacientemente.
10. Recuerde dar las gracias, siempre.

Si la educación se concibe como una ayuda al desarrollo integral de la persona, su finalidad última es aportar calidad humana.

Esta meta es la que confiere su particular dignidad a toda tarea educativa y tanto más cuanto se ejerza en su más alto nivel, como es el caso de la formación universitaria.

Por eso, el principal beneficio que un profesor puede aportar a sus alumnos estriba en descubrirle metas que valgan la pena.

Esos fines serán los que le muevan a esforzarse por adquirir las capacidades precisas para alcanzarlos.

Con todo, esas grandes metas no siempre están en el ambiente, ni son siempre fáciles de descubrir.

Incluso si se habla de ellas, a menudo queda oculto su atractivo.

Por eso la educación, si pretende el desarrollo de todas las potencialidades humanas, debe tener como objetivo ayudar a descubrir los grandes ideales que dotan de pleno sentido a la propia actividad y que justifican y motivan a desarrollar las capacidades recibidas.

Ayudar a descubrir metas es en suma, aportar calidad humana.

Y este objetivo no sólo es valioso.

Resulta, además, particularmente necesario y urgente hoy en día, cuando la cultura del éxito profesional ocupa precariamente un vacío de grandes ideales.

En la medida en que mejor se enfoque este aspecto, tanto más se puede calibrar el valor propio de la formación que la Universidad Nacional Autónoma del Carmen procura impartir.

Pienso que en las circunstancias, esa orientación no sólo profesional, sino de la entera vida a grandes metas, es quizás, su principal y más específica aportación al ámbito educativo.

La calidad humana constituye el fin de la educación porque ésta se propone lograr la mejora de cada hombre precisamente en lo que tiene de más propio y personal.

Otras actividades mejoran lo que el hombre tiene o aquello de lo que puede disponer.

Pero el objetivo de la educación es más alto, porque su mejora atañe al hombre mismo.

La educación no lleva a tener más, sino a ser más.

Su beneficio específico queda en el ámbito de la intimidad personal, no en el de las cosas que emplea ni en el de los servicios de que disfruta.

En esta diferencia radica el peculiar atractivo de las instituciones educativas.

Debemos incentivar a quienes están involucrados en la docencia a que los alumnos se preocupen sobre la importancia de cultivar y mantener dinámica su cualidad humana en pro de su crecimiento.

Hoy en día el hombre es incapaz de tomar conciencia de su verdadera naturaleza porque él le está dando importancia únicamente a la forma física.

Él ha perdido su facultad de razonamiento.

Puesto que se llama un ser humano, es su deber tomar conciencia de la singularidad de la cualidad de humano.

Una persona no puede llamarse un ser humano en la sola base de su nacimiento y calificaciones educativas.

En realidad, la verdadera humanidad no puede encontrarse en los grados académicos.

Hasta a los pájaros y las bestias se les puede enseñar algunos trucos maravillosos imitando a los seres humanos.

No es un crédito para un ser humano el derivar satisfacción de la sola retórica vacía, citando escrituras y relacionando con los demás.

La verdadera humanidad consiste en prácticas ideales en la propia vida y dando un ejemplo a los demás.

El hombre no tiene autoridad para enseñar ideales a los demás sin primero ponerlos en práctica él mismo.

Hay un inmenso poder divino en los seres humanos.

El hombre no es un sencillo ser que ha asumido un cuerpo humano.

Él está provisto de sabiduría superior, conciencia integrada constante y conocimiento discriminatorio.

Por lo tanto, se espera que canalice estas formas superiores de conocimiento por el camino correcto.

Finalmente, esto le permitirá a la persona ser grandemente beneficiada e iluminada.

Debe primero concientizar la importancia del término “cualidad humana”.

La cualidad humana emerge del propio ser de uno.

No puede adquirirse leyendo libros de texto o escuchando a otros.

Nunca te quejes de nadie…

Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu vida es el resultado de tus propias decisiones.

No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible como para claudicar.

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote.

El verdadero triunfo del hombre surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala.

De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tú siempre has de ganar.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como tu futuro será la consecuencia tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán.

Tú eres parte de la fuerza de tu vida.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.

Ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfaras en la vida, nunca pienses en la suerte... porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

Cuida tus pensamientos que se volverán palabras.

Cuida tus palabras que se volverán tus actos.

Cuida tus actos que serán tus costumbres.

Cuida tus costumbres pues formarán tu carácter.

Cuida tu carácter que será tu destino y tu destino será tu vida.

Para llegar a la madurez…

Para llegar a la madurez es preciso haber desarrollado la facultad de hacerse responsable de la propia vida, independiente de los demás, sea papá, mamá u otras personas.

Muchos padres, especialmente las mamás, cultivan intensamente el espíritu de dependencia en los hijos, cuando más bien deben modelar su autonomía.

El ser humano depende de la familia mientras va creciendo, pero en la misma medida, va adquiriendo independencia y criterios, valores y principios propios.

Lógicamente que nadie es totalmente independiente, pues todos estamos muy relacionados con los demás.

Pero debemos siempre conservar nuestra forma propia de ver la vida y de pensar, cultivar y defender nuestros valores y creencias.

Para ser una persona madura y exitosa, hay que adaptarse a los cambios que ocurren en la vida, aquellos sucesos negativos que siempre han de llegar y que son parte de la vida.

Algunas veces, la vida nos ofrece situaciones crueles, de las que parece que nunca podremos salir.

Sin embargo…

No aceptar la realidad y adaptarse lleva a cultivar una serie de emociones que engendran enfermedad.

La adaptabilidad y la flexibilidad implican una clase muy preciosa de madurez que puede evitar un trastorno mental.

La persona inmadura se encuentra permanentemente en medio de conflictos, porque rechaza todo lo negativo en vez de enfrentar aquellas cosas que sencillamente ocurren, luchar para solucionarlas y aceptar lo inevitable.

Hay casos clarísimos de inmadurez en la esposa que consulta a cada momento a su mamá lo que debe hacer o no hacer en su matrimonio.

La continua intervención de la madre en el matrimonio irrita al marido, la relación se deteriora y todos sufren enfermedades de origen emotivo provocadas por esta dependencia.

Otro signo de inmadurez es la actitud infantil, terrible y nefasta del egoísmo y la rivalidad que muchas personas, tristemente, siguen cultivando aún a sus 30, 40 o 50 años.

Resulta sumamente difícil convivir con personas así, porque tienen un espíritu de rivalidad exacerbada y se comparan continuamente en celosa competencia con los demás y nunca se libran de ser personas desgraciadas.

Son personas ególatras que están siempre exhibiendo sus dotes y cualidades haciendo ver, con razón o sin ella, que son más que otros.

Les domina constantemente la envidia, el orgullo herido y la hostilidad contra sus semejantes y contra sí mismos.

Son capaces, por su egolatría, de hacer daño a otros, porque han crecido más que ellos llegando hasta a avasallar, atropellar o pisotear con tal de subir.

Levantar la voz para gritar, buscar pleitos y ofender son señales claras de inmadurez.

Hay demasiada gente extremadamente agresiva, porque en el fondo son como niños que se sienten débiles, dependientes e inseguros.

Los estados infantiles son formas groseras de inmadurez, signos de debilidad, pruebas evidentes de miedo y fracaso.

Muchos individuos llegan a la edad adulta, pero siguen siendo niños que no salen jamás de esa fase de agresividad hostil y manifiestan su inmadurez con crueldad, cólera y odio, que demuestra debilidad.

En cambio, la amabilidad, el afecto, el amor y la buena voluntad son prueba de fortaleza y madurez.

La madurez trae consigo la hermosa preocupación de alegrar la vida de las demás personas.

La persona que llega a la madurez prefiere dar, más que recibir.

De esta manera, sus horizontes y perspectivas se ensanchan, porque la persona madura no vive en un reducido encierro, tratando a tientas de agarrar lo que sea posible en sus oscuros límites.

Más bien, camina a la luz del sol por el mundo inmenso, encontrando a otras personas a las que pueda dar, ofrecer y servir.

Es triste estar siempre recibiendo, porque jamás se experimenta la dicha indescriptible que proporciona el dar.

¿Eres maduro o inmaduro?

Hazte un examen de conciencia para comprobar si estás cultivando algunos de estos signos de inmadurez.

Es importante que examines bien estos aspectos de tu personalidad, pues te pueden estar ocasionando serios problemas en tu vida, en tu relación con tus seres queridos y con otras personas.

Con la ayuda del Señor se pueden superar muchas cosas en nuestra vida que no están del todo bien.

En la medida en que te sientas bien contigo mismo, te sentirás mejor y más feliz en tu relación con las personas que te rodean, que te aman y desean lo mejor para ti.

Con el Señor sí se puede, porque con él podemos vencer todo lo que venga en la vida y superar la inmadurez.

¿Qué hago yo en este mundo?

¿Por qué me encuentro aquí?

¿Cuál es mi misión?

¿Cuánto tiempo permaneceré aquí?

Son preguntas que muchos se han hecho, tratando de encontrar el sentido de la vida, más cuando sabemos que somos transitorios y transitamos en constante pruebas en que nos vemos sometidos y que si estamos atentos nos ayudan a explicar el porque de nuestra razón de ser.

No nos sorprende, que a cada ser humano le toca encontrar sus propias respuestas, a cada cual le toca descubrir su propia verdad.

Lo que es útil para uno puede no tener sentido para otro y lo que es significativo para este último puede carecer de valor para el primero.

Tal vez al plantearnos estas preguntas por primera vez…

¿De qué se trata la vida?

¿Qué vine a hacer aquí?

Podrían parecernos como algo fuera de nuestro alcance y reservado exclusivamente para los grandes filósofos.

Pero los más grandes filósofos comprendieron que esta es una tarea individual, lo cual se encuentra demostrado en la ancestral frase “conócete a ti mismo”, con la cual lejos de pretender tener las respuestas para toda la humanidad, incentivaban a cada individuo a encontrar su verdad.

Aunque el hecho de encontrarle sentido a la vida no nos es enseñado en la escuela, es de gran importancia para lograr una vida satisfactoria en todos los sentidos.

Pues al vivir una vida sin verdadero sentido, cualquier cosa que se hace carece de significado y no se obtiene ninguna satisfacción real.

Se nos agrega, que es un hecho que un porcentaje de las personas que habitan este planeta no saben porque están vivas y ni siquiera piensan en ello.

Aun así, una vida sin sentido se hace poco llevadera al pasar el tiempo, los desempleados se sienten deprimidos y aun los ricos y famosos se sienten infelices.

Consideremos, que encontrarle sentido a la vida es de vital importancia, pues de otra manera podríamos ser presa fácil de los falsos sentidos.

De no ocuparnos en encontrar el sentido de nuestra propia vida, podríamos sentir un vacío en nuestro interior.

En ese caso existiríamos, pero no sabríamos porque o para qué.

Y esto es algo que nos toca resolver por nuestros propios medios, pues nadie puede decirnos cual es el propósito de nuestra existencia humana, mucho menos como realizar el máximo de nuestro potencial.

Para eso tenemos primero que conocernos.

Recordemos que un vacío siempre es llenado, el universo no permite carencias y muy profundamente nosotros tampoco creemos en ellas.

En ausencia de un verdadero sentido y propósito en la vida, encontraremos alguna otra cosa con que llenar ese supuesto “vacío” y al hacerlo le estaremos dando la espalda (aunque solo momentáneamente) a nuestro impulso interior, que nos motiva a buscar dentro de nosotros mismos las respuestas.

Encontrarle sentido (nuestro sentido) a la vida es una aventura fascinante.

Significa creer realmente que nos hemos manifestado y continuamos haciéndolo por un propósito elevado, un propósito que solo nosotros podemos vislumbrar y lograr.

Una vez comprendido esto, dedicarnos a encontrar ese propósito es la elección natural.

El camino podría tener altos y bajos, tal vez tengamos que admitir que la causa de nuestra situación actual es haber elegido un substituto barato (algún falso sentido) y haberlo colocado como nuestra principal meta o deshacer un camino andado para retomar el propio, pero al final las recompensas superan con creces toda la dedicación invertida.

Independientemente del punto de partida, la creación de un plan de vida es esencial.

Cada uno de nosotros necesita encontrarle sentido a su vida, saber porque estamos aquí.

Una vez establecido este plan, nuestras actividades y proyectos emergen de y son coherentes con él.

De esta manera nuestras acciones adquieren sentido y tomamos consciencia de nuestra capacidad de crear nuestra realidad a voluntad.

No dudo, que al detenerte a leer este escrito ya tienes respuestas del porque estás en este plano, cuál es la razón de ser de tu vida, de tu sentido, producto de tus acciones, pero especialmente de tu indagación interna que te ayudado a aclarar el porque apareció en esta dimensión, con esta forma, con qué fin, además de estar consientes de que somos transitorios, perecederos.

Confió, que sabes cuál es el sentido de tu vida y estás trabajando en pro de resultados que te ayuden a crecer y manejar adecuadamente ese potencial que se te ha dado mientras se te da la oportunidad de estar.
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