Mostrando las entradas con la etiqueta (S). Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta (S). Mostrar todas las entradas

Simplemente todo…

Simplemente todo tiene un fin.

Y lo nuestro tuvo el suyo.

No quiero decirte porque termino con esto.

Solamente digo adiós.

El cual me duele en el fondo de mi alma.

Prefiero no voltear a verte al empezar a caminar.

Y prefiero preparar a mi corazón para decirle que el tuyo se fue de viaje.

Y se alejo un poco.

Te amo, es cierto.

Pero hay situaciones que los dos preferimos usar de pretexto.

Solo sé que ahora tengo que vivir sin ti.

Y pensar que nunca te conocí para no herirme más.

Esto lo hago a memoria del amor que nos unió.

Y el mismo que ahora que me separa de ti.

¿Sabes?

Sé que es difícil olvidar a un verdadero amor.

Y no hay sueños pasajeros.

Hoy como otras veces deseo que seas feliz.

Y que encuentres a alguien que no te lastime tanto como yo.

Se escapan palabras…

Se escapan palabras de mi alma.

Llenas de nostalgia.

Quizás sin ningún sentido.

Quizás todo lo que diga.

Absurdo puede parecer.

Canto un himno sin sonido.

Que sale de mi alma.

Porque mi amor es tan grande.

Que nada lo define.

Quiero encerrar en este himno.

Mi amor triste sin sentido.

Difícil de olvidar.

Un himno sin sonido.

Sin voz y sin palabras.

Que encierra sentimientos.

De amor y de nostalgias.

Y toco estas notas tan solo para ti.

Así como la rosa se muere al irse el sol.

Así muero yo porque tu no estas.

Si no hubieras sido tú...

Si no hubieras sido tú...

¿Que hubiera sido de mí?

¿A quien le contaría mis cosas?

¿A quien le daría mis quejas?

Si no hubieras sido tú...

¿Quien hubiera secado mis lágrimas?

¿En quién hubiera recostado mi cabeza en tristes y desolados momentos?

Si no hubieras sido tú...

¿Quién me hubiera bajado el cielo, repleto de estrellas, para depositarlas en mis manos?

Si no hubieras sido tú...

El que me enseñó a conocer el amor.

Desde otro ángulo de diferente perspectiva.

Jamás hubiera conocido lo que es amar con el alma.

Si no hubieras sido tú...

Quien tomó mi mano en la oscuridad.

Para guiarme hasta tu luz.

Mi alma divagaría todavía.

En busca de aquel amor.

Que hoy disfruto junto a ti.

¿Sabes que te quiero?

¿Sabes que te quiero?

Solo un poco.

Hace largo tiempo que te quise mucho.

Tú lo sabes.

Lo sentiste.

En mis ojos.

En mis brazos.

Sabes que me gustas.

Y ese día que te vi por primera vez.

En aquella estación del metro.

Temblaba como un niño.

Eras mi cuento de hadas hecho realidad.

Y te bese, nos besamos.

Aun lo siento.

Tus manos en mi espalda.

Mis manos recorriendo las distancias de tu cuerpo.

Eras la mujer hecha niña en mis brazos.

Aun recuerdo cada uno de los instantes vividos a tu lado.

Llenos de emociones.

Alegría, llanto, ternura.

Momentos intensos que no se olvidan.

Se ha quedado tu perfume.

Esta en el aire como detenido en el tiempo.

Mi niña mujer.

Sin luna.

Sin estrellas.

Se que mi mundo ya no cabe en tu mundo.

Y que si algún día te encontrara de nuevo.

Solo tendré tu sonrisa.

Porque tu corazón ya lo perdí.

Si esta noche te sientes…

Si esta noche te sientes sola.

Y sientes a tu corazón vacío y cansado.

Es tal vez porque no tienes a alguien que hoy tome tu mano.

Si lloras al oír alguna canción de amor… deja de llorar.

Toma tu pañuelo y trata de decirle adiós a tu soledad.

Sueña con ese hombre que esperas.

Y piensa en que mañana con ese hombre estarás.

No sé porque estás sola.

Tal vez piensas que ese a quien amas no te quiere.

O quizás demasiada soledad no te hace ver que eres especial.

Porque tal vez muchos hombres desean poder besarte esta noche.

Y alguno de ellos puede estar llorando por ti esta noche.

Pero sola te encuentras.

Y si lees mis versos.

Algo en ti quiero cambiar.

Quiero decirte que si tú lo decides podrás de nuevo volver a amar.

Porque el secreto para conquistar un amor es muy fácil.

Solo dile a quien amas dos simples palabras mágicas que son las llaves que abren cualquier cerradura.

Dos palabras que abren hasta las puertas de los corazones más duros.

La de aquellos corazones que pensaste nunca podrías alcanzar.

Cuando digas estas palabras dilas con la fuerza de tu alma.

Que muy dentro de ti salgan.

Usa estas simples palabras mágicas… anímate.

Tal vez esa persona que amas pronto bese tus labios.

Arréglate el pelo.

Elige el mejor vestido.

Dibuja una sonrisa en tu rostro.

Y mañana con ese hombre estarás.

Si quieres saber…

Si quieres saber quién te escribe, pues te lo voy a decir.

Te escribe la nostalgia, el silencio encadenado por el dolor de la ausencia.

Te escribe la ansiedad, el deseo, la intriga.

Te escribe el amor desbordado como agua de río.

Te escribe la ilusión de un nuevo amor.

Te escribe la esperanza que aun sigue viva.

Te escribe esa luz que aun no se apaga.

Soy una flor sembrada en el desierto.

Soy la luz de la esperanza, la esperanza que no se ha perdido.

Soy la soledad en medio de la oscuridad.

Soy el árbol que suelta sus hojas porque le falta calor para poder vivir.

Soy el silencio.

Soy la imposibilidad de hablar.

Soy una flor en el polo norte que muere lenta y despiadadamente a causa del frío.

Soy el sol resplandeciente pero sin nada que iluminar.

Soy el cansancio.

Soy el dolor del alma y la tristeza del corazón.

Soy la melancolía.

Soy la bondad, la ternura, la pasión.

Soy la brisa que no puede rozar tu cuerpo.

Soy el cariño incesante.

Soy la nobleza y la dulzura.

Soy la realidad de una historia.

Soy yo…

Un ser lleno de virtudes y defectos, que simplemente se ha enamorado de ti, que tiene reservado en el corazón un lugar muy especial para alguien como tú.

Ahora bien…

¿Estarías dispuesta a ocupar ese lugar?

Dime… por favor.

Si supieras…

Si supieras la tristeza que invade mi alma.

Si supieras cuanto llanto he derramado.

Mis noches son tan largas.

Ya no puedo conciliar el sueño.

Recuerdo tantas noches a tu lado.

Creí alcanzar el cielo en tus brazos.

Me sentí tan fuerte con todo el amor.

Que soñé que me habías dado.

Trato yo mismo de confundir mis pensamientos.

Y convencerme que un sueño es tan sólo sueño.

Que en realidad no existes.

Que tus palabras son un producto de mi amor desenfrenado.

Si miras a las estrellas…

Si miras a las estrellas en ellas podrás ver brillar la luz de mi alma cansada que te sigue en la oscuridad.

Si sientes la brisa de la tarde percibirás el aroma de mi piel que te anhela con locura aunque no lo debas saber.

Si calienta tu cara el sol sentirás el ardor de mis besos los que no te he dado todavía- y que guardo para tu cuerpo.

En la noche, en el día la naturaleza te revela el llamado de mi espíritu que ansioso te espera.

Soñé y te vi llorar…

Soñé y te vi llorar en mis brazos.

Me abrazabas con fuerza buscando en mí un apoyo.

Tu cabeza recostada en mi hombro.

Tus manos acariciando mis cabellos.

Y las lágrimas corrían generosas por tus mejillas.

Nada decías.

Te miraba a los ojos y éstos tristes, ausentes y desconsolados gemían.

Al fin pude responder a tu abrazo pero nada te dije pues ninguna de las frases que pasaban por mi mente hubiera podido darte el consuelo que querías.

Ceñí tu cintura mientras te miraba a los ojos.

Luego acaricié tus mejillas tratando de secar tu rostro pero las lágrimas humedecieron mis manos.

Solamente se me ocurrió esperar a que el llanto te abandonase para poder escuchar tu voz y no tus lamentos.

Me senté y tú te reclinaste en mi regazo.

Nos estrechábamos las manos y nos mirábamos intensamente a los ojos.

Poco a poco y entre caricias desaparecieron tus lágrimas y sollozos.

Suavemente te levantaste buscando mis labios...

Cerramos nuestros ojos y nos hundimos en aquel profundo beso que compartimos.

Desperté y al ver la soledad que me rodeaba, advertí que me había quedado dormido mientras oraba sobre tu tumba...

Comprendí entonces... que mi sueño, era tu despedida.

Sin pretender que te quedes para siempre…

Sin pretender que te quedes para siempre... te invito a permanecer a mi lado.

Sin incitarte a que firmes un contrato de permanencia... te invito a que me acompañes en mi viaje de sueños.

Sin que te sientas obligada a seguir soñando conmigo... te invito a mirar el sol ocultándose en un atardecer.

Sin pretender que te mojes con el mismo rocío... te invito a desplegar las alas de la fantasía.

Sin que ello te obligue a volar en mi misma dirección… te invito a cantar una canción.

Sin que esto te obligue a aprender la letra ni la melodía de memoria… te invito a entrar en mi corazón.

Sin que te sientas presionada a quedarte a vivir junto a mí… te invito a entrar en mi memoria y recorras mi pasado.

Sin que necesariamente me cuestiones… te invito a mirar juntos el futuro con esperanza.

Sin pretender que te quedes para siempre... te amo, princesita de tierras lejanas.

Se me derrama el tiempo…

Corre aprisa entre mis manos.

No puedo detenerlo… no puedo.

Te vas de mí como el tiempo.

Día a día sin que podamos evitarlo.

Se nos escurre este amor de las manos.

Este fuego que ardía en el ocaso.

No llegó a ver el mediodía.

Se perdió pero detrás dejo huellas.

Tarde te conocí, tarde viniste.

Como rasga el alma perderte.

Sin que hayas sido mía.

¿Llegué tarde a tu vida?

O es que fuiste tú, la que llegó temprano.

Siguen pasando los días…

Siguen pasando los días y mi corazón no se resigna a perderte y a volver a saber de ti a escucharte a verte de nuevo.

Aunque sepamos que no podremos estar juntos por algunas razones de la vida.

Sé que llegaste tarde a mi vida pero te quedaste en lo más profundo de mi corazón y dejaste huellas imborrables.

Ahora y siempre me preguntare…

¿Algún día sentiste amor?

¿Llegaste amarme después de lo que compartimos juntos y después de nuestro adiós?

Creo que esta pregunta no le encontrare respuesta hasta el día que te vuelva a ver.

Porque quedaron muchas palabras por decir en el aire.

Palabras que quisiera podértelas decir… pero tengo temor porque no se que pienses de mi y que ahora solo me atrevo a escribirlas.

¿Sabes?

Cuando estuvimos juntos, compartiendo momentos felices.

Felicidad que convirtió nuestros sueños en una hermosa realidad.

Cuando te tuve a mi lado sentí muy en el fondo, que sí llegaste a quererme.

Porque todo lo que paso entre nosotros no fue en vano, solo fue amor.

Querer del cual estoy seguro que siempre nos unirá como lo hizo la luna y el fuego y tú lo sabes.

Todo es tan incierto y me pregunto…

¿Qué estarás pensando y sintiendo ahora por mí?

No sabes lo mucho que te extraño y te seguiré extrañando.

Sabes que te amo y te amare por siempre en mi silencio.

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Sé que no leerás…

Sé que no leerás esto pero aun así te escribo.

Como bien sabes siempre te he amado.

Y jamás te he dejado de amar.

Por más que busco.

No encuentro la razón de porque esto es un amor imposible.

Es muy doloroso y amargo para mí.

Pero es la realidad.

Para mí lo eres todo.

Eres mi sol, mi luna, mi cielo y mis estrellas.

Y a ellas todas las noches de mi vida le hago la misma pregunta…

¿Cuántos días, meses y años más tendrán que pasar para que algún día me ames?

Sé que no tienes ni idea…

Sé que no tienes idea de lo mucho que me duele.

Sé que no tienes idea de lo mucho que me cuesta.

Verte y no hablarte.

Mantener la distancia.

No preguntar siquiera por ti.

Sé que no tienes idea de que por ti casi no duermo.

Sé que no tienes ideas de que ni comer me apetece.

Pues estás en mis sueños.

Dormida o despierta.

Me angustia saber que tú ni siquiera te das cuenta.

Sé que no tienes idea del tiempo que por ti he esperado.

Sé que no tienes idea de lo mucho que te he admirado.

Sé que no tienes idea...

Porque ni siquiera me has mirado.

Somos uno en dos…

Somos uno en dos.

Dos en un sólo amor.

Sentimos cada instante de sentimientos.

Compartiendo hasta el último de nuestros deseos.

Quiero decirte que te necesito.

Que eres mi causa de existir.

Pues vivo por ti.

También te digo que te debo cada segundo de felicidad.

De sonreír.

De mirarte absorto con ilusión.

Te debo mi fuerza.

Mi voluntad y hasta mis pensamientos.

Nos hacemos falta.

Somos dos seres que saben amarse y disfrutar de emociones.

Entendemos nuestros placeres.

Nuestra complicidad nos une y hasta con el silencio nos decimos todo sin necesidad de más.

Nada ha cambiado desde el primer instante.

Desde la primera mirada y palabra que nos unió.

Seguimos siendo sólo uno.

Nos hacemos falta y tú me harás falta siempre.

Lo sabes.

Te necesito.

Y con este poema confirmo mi amor por ti.

Mi ansia de ti y mis ganas de ti.

Nunca me faltes ni te ausentes.

No dejes de quererme jamás porque tú eres mi existencia.

Siempre te voy amar mi princesita.

Me haces tanta falta cielito.

Te extrañó mi amor.

Siempre tuyo.

Siempre suelo…

Siempre suelo correr el riesgo de equivocarme...

Cuando digo lo que pienso o cuando no pienso lo que hago.

Cuando tomo decisiones o cuando las aplazo.

Cuando hablo o cuando callo.

Cuando me animo a mi mismo o cuando me acobardo.

Cuando me enamoro o cuando no lo hago.

Cuando creo saber las cosas y en cambio las ignoro.

Cuando apuesto demasiado y estoy jugando solo.

Cuando abro una puerta o cuando las cierro todas.

Cuando piso fuerte o cuando resbalo.

Cuando recuerdo y cuando olvido.

Cuando creo que estoy llegando y cuando me alejo.

Cuando apuesto por un imposible pero sé que no voy a encontrarlo.

Siempre corro el riesgo de que algún día sepas lo que siento.

Aunque en la vida quien no arriesga no gana.

Es todo un reto.

Siempre digo…

Siempre digo que me gustaría escribir la carta más bella.

Una carta que fuera tan deliciosa como eres tú.

Una carta sensible, apasionada, intensa.

Sé que nunca la podré escribir.

Yo no soy capaz.

Siempre uso las mismas palabras.

Siempre digo lo mismo.

Todo lo que escribo suena parecido.

Pero a mí me gusta.

Y aunque no sepa escribir bien te escribo cartas lanzadas al viento.

Cartas que muchos ojos ven.

Pero que sólo tienen una destinataria… tú.

Mi sueño, mi deseo, mis ganas, mi ser.

¿Cómo describir lo que siento al estar contigo?

¿Cómo?

Si no puedo.

¿Cómo definir mi felicidad?

¿Cómo esa alegría del alma?

¿Cómo decir que le das luz a mis días y que haces que brillen las noches?

¿Cómo describir el placer?

Cómo te digo lo que es acariciar tu piel desnuda.

Sentir en mis manos tus pechos.

Saborear con mi boca tu sexo.

Sentir cómo tu cuerpo se estremece.

Escuchar cómo suspiras.

¿Cómo transmito mis sensaciones?

¿Cómo?

Que alguien me lo diga.

Qué suerte estar contigo.

Qué suerte haberte conocido.

Qué fortuna al verte… al disfrutarte, al tenerte.

Tengo ganas de volver a quedarme contigo.

De darte besos y abrazos.

De mirarte, de escucharte, de verte tranquila y feliz.

Nada hay mejor que estar contigo.

Nada en el mundo deseo más.

Nada me gusta más.

Y ahora mientras te escribo deseo que pronto puedas quedarte conmigo.

Si tuviera que explicarte…

Si tuviera que explicarte porque te amo después que tantas cosas que nos separan, solo te puedo decir que cuando un gran amor existe, no hay distancia posible.

Mi amor por ti nació así, tan de repente, como surgen los milagros, como aparecen las cosas bellas tan llenas de magia.

Si tuviera que explicarte porque te amando, solo podría decirte que mi amor por ti es tan inmenso que el tiempo y la distancia son tan solo palabras que en realidad no existen.

Si tuviera que explicarte porque te sigo amando, sería como preguntarnos porque nuestra comunicación es tan perfecta aun sin emitir palabras, porque nuestros caminos se separan e indudablemente volvemos a coincidir en algún punto de nuestras vidas.

Si tuviera que explicarte porque te amo, solo te diría que detrás de este amor hay un lugar lleno de cosas bellas formadas solo de ti y que no hay mundo más hermoso que el mío en el cual estás tú.

Gracias por existir.

Siempre…

Siempre me he preguntado.

¿Dónde estará esa dulce princesita por qué nunca la he podido encontrar?

Finalmente llegaste a mi vida.

Tú me haces sentir que la vida no es solo como la vemos a simple vista.

También hay muchas cosas lindas como tú.

Por ahora solo espero que pronto ya pueda estar a tu lado.

Y pronto poder estrechar tus manos, sentir tu respiración cerca de mí.

Poder tenerte para ya nuca separarnos, mi linda princesita.

Mientras tanto orare por ti cada día y sobre todo porque pronto estemos juntos.

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Si tan solo me dieras un instante…

Si tan solo me dieras un instante, un segundo para decirte cuanto te amo.

Si tan sólo me regalaras una mirada, una sonrisa para bajarte una estrella.

Con tan solo una mirada.

Con tan solo un suspiro.

Si en este día muriera y Dios me concediera tan sólo un sueño.

Ese sueño sería tan solo poder abrazarte y mirar esos ojos que me dicen todo.

Porque eres como una estrella fugaz que aparece en el cielo tan solo un instante y luego desaparece en el firmamento abrazando a la luna.

Hoy tan solo puedo de decir que te amo en silencio y que amo el día en que te conocí por primera vez.

Los día pasaran pero mi amor por ti jamás.

Te amo, princesita de tierras lejanas.
Return top