Mostrando las entradas con la etiqueta (A). Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta (A). Mostrar todas las entradas

¿Ay vida?...

¿Por qué nos castigas?

Parece que no sabes que estamos en este mundo solo de paso.

Y aun después de la muerte nos amaremos los dos.

Destino, tu la pusiste un día en mis brazos.

Era el amor de mi vida.

La amé con el alma.

Y de repente me la arrancas a pedazos.

Quitándome la vida.

Dejándome en completo dolor.

Adiós... amor de mi vida.

El destino podrá separarnos hoy.

Pero nunca dejaré de amarte.

¿Y olvidarte?

Eso jamás…

Con lazos del alma estamos unidos.

Y nada ni nadie impedirán este amor.

En nosotros jamás existirá el olvido tampoco la ausencia.

Aunque sea en sueños nos amaremos los dos.

Adiós, amor de mi alma.

Una sola alma éramos los dos.

Más hoy es necesario apartarnos.

Y decirnos con llanto en el alma... adiós

Amor, hoy mi corazón…

Amor, hoy mi corazón no se detendrá.

Para gritar que te amo.

Así sin explicación.

Tu presencia inunda mi corazón.

Tus palabras danzan en mis pensamientos.

Mis sabanas guardan un secreto.

El secreto más grande de amor.

Guardan los sueños más sagrados.

De un amor tierno, sublime y loco.

Si mis sabanas revelaran este secreto.

Dirían mis labios han dibujado.

El paisaje de un amor dulce y sereno.

Recorriendo tu cuerpo palmo a palmo.

Entregándote mi alma en tus manos.

Atrapar una estrella…

Atrapar una estrella fugaz.

Y exigirle que me conceda un deseo.

Pedirle al tiempo.

Y obligarlo a retroceder para empezar de nuevo.

Inventar una y mil fórmulas para finalizar con hechizos fallidos.

Y recordar que por amarte tu ausencia se hace incesante.

Dejar de contar los días para verte.

Y sonreírle al presente.

Mentirle al corazón que aún me buscas.

Que aún te intereso.

Y que soy tu universo.

Escabullirme entre los recuerdos.

Y ahogar este vacío complejo que me hace mirarme al espejo.

Y descubrir que necesito de un beso.

Buscarte entre mis noches y mis días.

Desintoxicar al corazón de tanto mal amor.

No saber más de ti e intentar borrarte toda de mí...

Añoranza de…

Añoranza de tus besos.

Añoranza de tu cuerpo.

Añoranza de tus manos recorriéndome en silencio.

Añoranza de tu alma, no solo de tu cuerpo.

Añoranza de tu voz susurrando quedamente.

Que no quieres que me vaya.

Que no quieres perderme.

Añoro tu sonrisa, tu rostro.

Añoro y se me antoja ser hoy tu pecado.

Se me antoja que me bebas hoy de un solo trago.

Añoro que me quieras como antes me querías.

Añoro tus abrazos, tu inocencia fingida.

¿Añoras tú, mis besos, mi espalda, mi mejilla?

¿Añoras tu, mi cuerpo y mi entrega desmedida?

¿Acaso extrañas a este loquito que hoy te escribe en el silencio de una fría habitación en la que deberían estar dos cuerpos?

No, yo sé, que no me extrañas, que para ti no significo nada.

Que estás añoranzas se avivan solo en mi, en esta piel tan mía.

Que reclama el roce de la tuya.

¿Añoras mis miradas, mis visitas furtivas?

No, ya lo sé, no digas nada.

Déjame verte y despedirme de ti en silencio.

Deja que mi barco de sueños se hunda.

En el infinito mar de mis deseos.

Aquí estoy otra vez…

Aquí estoy otra vez pensando en ti.

Pensando en que escribir.

Recordándote, oyendo tu risa.

Y tu voz dentro de mi mente.

Anhelando tu calor.

Extrañando tú perfume.

Preguntándome…

¿Por qué?

Porque te alejaste de mí.

Olvidando todo lo que vivimos juntos.

Tantos… tantos recuerdos, tantas cosas.

Que se fueron juntando con el tiempo.

Y tú en unos cuantos segundos destruyes todo.

Tan rápido, sin pensar en ti o en mí.

Sin pensar en nada.

Pero es demasiado tarde ya no se puede arreglar nada.

Todo está roto al igual que mi corazón.

Si, todo, nuestra amistad, nuestro amor, mi vida, mi esperanza.

Mi… todo.

Así como el viento…

Así como el viento de la noche cabalga.

Rebelde sobre mis recuerdos.

En el lejano horizonte de mi agónica vida de poeta.

Se desdibuja tu figura.

Tu sonrisa la veo como estrella fugaz en el etéreo universo de mi pena.

Allí estás tan linda, muy sutil.

Rebelde a mis súplicas eternas.

De una pequeña mirada.

Que calme el infierno cruel que vivo al no sentirte a mi lado.

¿Dónde estás amada mía?

Tu nombre lo grito a los cuatro vientos.

Más el eco de tu silencio me responde con una irónica sonrisa que hiere mi alma.

Tan sólo pido al eterno.

Que donde estés recuerdes que aquí estaré.

Esperando a la vera del camino.

Para seguir juntos la aventura.

Más hermosa que la vida nos puede dar.

Abandona tu comodidad…

Abandona tu comodidad.

Enfrenta tus miedos e inseguridades.

Y sólo así.

Comenzarás a volar.

Si sientes que la vida no tiene sentido.

Que los problemas te están acabando.

Memoriza esta parábola.

Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo, sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida, el árbol podrido fue tragado por el cieno y él se dio cuenta de que iba a morir, en un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrento el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso.

¿Sabes?

Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida.

Y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.

Nunca es tarde.

No importa lo que hayas vivido.

No importan los errores que hayas cometido.

No importa las oportunidades que hayas dejado pasar.

No importa la edad.

Siempre estamos a tiempo para decir basta.

Para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección.

Para sacudirnos el cieno y volar alto y muy lejos del pantano.

Amarte es…

Amarte es el mayor privilegio que pudo darme Dios.

Es un sueño esa manera en que se cruzan nuestras miradas.

Diciendo cosas sin necesidad de hablar.

Expresando el amor que nos tenemos sólo con mirarnos.

Estar unidos a pesar de la distancia.

Y al hablar y pronunciar frases que son como melodías para el corazón.

Disfrutar cada minuto como si fuera el último.

Y bendiciendo el día que Dios juntó nuestro camino.

Para que naciera este amor.

Como una pequeña flor en medio de la nada.

Dejándome consternado.

Sin saber reaccionar ante este bello y sublime sentimiento.

Temeroso de amar y ser amado.

Ansioso y desesperado.

Por tenerte y no dejarte ir.

Dispuesto a luchar contra todo por esta maravillosa relación.

Entregando hasta el último aliento por estar un segundo a tu lado.

Y poder demostrarte mi amor como lo más valioso que tengo en mí vivir.

Por todo este sentir…

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Ámame con locura…

Ámame con locura.

Ámame con desesperación.

Siénteme que soy tuyo.

Comprende que sin ti me muero.

Dibújame en tu pensamiento.

Desnúdame con la mirada.

Ama mi cuerpo.

Ama mi alma.

Piensa que no habrá mañana.

¡Ámame todo!

Con ansias locas.

Ámame ahora.

Ámame siempre.

A eso...

A eso de caer y volver a levantarte.

De fracasar y volver a comenzar.

De seguir un camino y tener que torcerlo.

De encontrar el dolor y tener que afrontarlo.

A eso no le llames adversidad, llámale sabiduría.

A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente.

De fijarte una meta y tener que seguir otra.

De huir de una prueba y tener que encararla.

De planear un vuelo y tener que recortarlo.

De aspirar y no poder.

De querer y no saber.

De avanzar y no llegar.

A eso no le llames castigo, llámale enseñanza.

A eso de pasar juntos días radiantes.

Días felices y días tristes.

Días de soledad y días de compañía.

A eso no le llames rutina, llámale experiencia.

A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan.

Tu cerebro funcione y tus manos trabajen.

Tu alma irradie, tu sensibilidad sienta y tu corazón ame.

A eso no le llames poder humano, llámale milagro divino...

Aquí estoy, dulce princesita…

Aquí estoy.

Como siempre.

Pensando en ti.

Y me pregunto hoy, al igual que todas las noches.

¿Por qué no estás a mi lado?

Falta en mi vida… tú presencia.

Tu sonrisa.

Tu caricia.

Tu cuerpo.

Tu olor.

Solo tengo tu sombra.

Tu recuerdo.

El recuerdo de lo que somos.

Te encuentro en cada pensamiento.

Y aunque no lo creas.

Te respiro a cada segundo.

¿Por qué?

Porque vives en mí.

Te llevo dentro de mi piel.

Ésta que quisiera arrancar de tajo para no sentir el amargo dolor que me deja tu ausencia.

Y ahora dime…

¿Cómo haces tú?

¿Cómo haces para tener siempre en la boca esa sonrisa?

Porque yo te veo en cada cosa que miro.

En la sonrisa del niño.

En el sol que me despierta cada mañana.

En el cereal que desayuno.

En el pavimento que contemplo mientras camino.

A cada paso.

En cada paso que di ayer.

En el que doy hoy y en el que daré mañana.

Porque eres parte fundamental de mí ser.

De la persona que soy y de la que quiero ser para ti.

Hasta que de una vez por todas te des cuenta de que me necesitas.

Que me quieres.

Porque eso quiero.

Que me ames.

Que me sueñes.

Que me respires a cada segundo.

Quiero ser tu aire.

La sombra que te sigue a cada momento.

La que mira cada uno de tus movimientos y no sólo ese deseo carnal.

No, no eres un capricho.

Ni un producto de esta imaginación desbordada que me lleva siempre a ti.

Sin importar que camino.

Siempre a ti.

A todo lo que tú eres para mí y simbolizas en mí.

Quisiera que te dieras cuenta de que dependo de ti.

Que al conocerte pasé de ser un ser independiente a ser un ser dependiente de lo que tú dices.

De lo que tú quieres.

De lo que tú ansias.

De ser un ser racional a uno irracional.

Esta noche me he propuesto escalar en tu horizonte.

Entrar en tus sueños e hilvanar una nueva fantasía en la que el único mundo que quieras sea el que encuentres a mi lado.

Al lado de este hombre que tanto te ama.

Que te ansia siempre.

Que te espera y que te desea a cada momento.

Te conozco tanto que…

Sé las cosas que forman parte de esa cotidianidad que compartes conmigo en los instantes en que estamos juntos.

Los que compartimos cuando tú así lo deseas.

De qué lado te gusta dormir.

Y que cuando despiertas sólo quieres ir a trabajar.

A llenar tu vida de tantas cosas materiales que un amor como el mío no puede, ni podrá, comprar jamás.

Y es que tu mundo y el mío son tan raramente diferentes.

Porque tu mundo eres tú, y mi mundo eres tú.

¿Cuándo iba a imaginarme yo que podría querer a un personaje como tú de semejante manera?

Eso eres…

Un personaje que ha entrado en esta historia de la que ni siquiera yo conozco cual será el final.

De la que ojalá algún día pueda resolver y encontrar el final de esta razón que extrañamente me ata a ti y constantemente y a cada momento me mata.

Porque te quiero.

Te amo y te necesito.

Aquí, nuevamente solo…

Aquí, nuevamente solo, con mi amor en espera del tuyo.

No veo la hora de tenerte cerca, de tenerte entre mis brazos, con tus manos entre las mías y poderte decir... amor mío.

Te amo, te amo como nunca amé a nadie, como si fuera la primera vez.

Este amor cada vez crece más.

Déjame entrar en tu mundo, mira que tú habitas el mío.

Déjame disfrutar de la exquisitez de la miel de tus besos.

Déjame poder mirarme en tus ojos.

No pongas límites a este sentimiento, a este amor.

Déjame cuidar de tus sueños.

Me gustaría gritar a los cuatro vientos, por los siete mares, por los cinco continentes cuanto te amo.

Me gustaría que todo el mundo supiera cuanto te amo, las verdades de este sentimiento.

Eres fuente de vida, la esperanza para ser feliz.

¡Eres todo!

Vivir sin ti en este mundo donde eres todo no tiene sentido.

Sin ti nada tiene sentido todo es tan confuso, tan incierto.

¿Qué mal hice en esta vida, para merecer el castigo de amarte tanto y no tenerte?

¿Por qué lo que me hace tan feliz no lo puedo tener?

¿Será que no merezco que me ames o quizás es que no mereces que alguien como yo te ame tanto?

¿Será que no he sabido llegar a ti?

¿O tal vez será que no te he demostrado cuanto te amo o quizás me he excedido en hacerlo?

No se...

Muéstrame el camino más preciso para llegar a ti.

Ábreme tu corazón de par a par para que pueda pasar.

Déjame vivir en ti, en tu corazón, en tu alma.

Daría todo por estar un instante contigo.

A donde iré si tú eres mi único destino donde comienza todo.

Donde termina todo.

Aquí estaré esperándote siempre.

Ahora solo espero por ti.

A veces me pongo a pensar…

A veces me pongo a pensar que no existe en el mundo una persona como tú.

Una persona que en el primer momento en que la conocí, despertó el sentimiento más hermoso que he llegado a concebir en mi corazón.

Ese sentimiento tan hermoso, tan especial, tan maravilloso.

Es un sentimiento tan profundo que cada vez que te veo conectada al Messenger siento esa alegría, esa felicidad, esa energía que me dice que eres lo que siempre soñé, que me hace vibrar de felicidad.

Me hace sentir lo hermoso que puede ser la vida solamente estando a tu lado.

Qué lindo es a la vez sentir tu cariño.

Sería difícil tratar de explicar con palabras lo inmenso y profundo que es mi amor por ti.

Sería difícil pensar que pueda existir una vida en la que yo no me encuentre junto a ti, alejado de tus labios, de tu piel, de todo lo que en conjunto formas.

Se puede describir solo con unas palabras, pero estas palabras son solo palabras que al compararse con la realidad serían palabras vacías, porque las palabras sobran cuando se trata de describir a una persona tan maravillosa como tú.

Eres mi inspiración.

Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Eres y serás lo más importante para mí.

Hoy, mañana y siempre.

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Amanecí con la melancolía…

Amanecí con la melancolía de no verte.

Amanecí con la tristeza de no tenerte.

Amanecí casi loco por extrañarte.

Que difíciles son los días mi amor.

En los que tengo que despertar y no encontrarte.

En los que puedo voltear y no verte.

En los que puedo hablar y no me contestaras.

Que difícil es amor mío.

Acostarme y no sentir tu cuerpo cerca.

Querer abrazarte y no poder.

Querer besarte y no tenerte más a mi lado.

Que difícil es en verdad.

El querer saber de ti y tu vida.

El pensar como te habrá ido en tu día.

El esperar en la puerta por tu llegada.

Este sentimiento de vació es muy grande.

Este sentimiento de tristeza es muy profundo.

Y tantas veces siento que me hundo.

Que llego a perder en mí la conciencia.

Escribirte estos versos es mi única salida.

Escribir el día de hoy es mi único alivio.

Escribirte amor mío me llena de esperanza.

Escribirte princesita me hace más humano.

Porque amor mío si tu sabes.

Que de mi te puedes enamorar.

Que más que a nadie me puedes amar.

No permites que vuelva a pasar.

¿A que le temes mi amor?

Cuando no te permites enamorarte de nuevo.

Del que más te ha amado en tu vida.

Del que más has amado en la tuya.

Porque temerle a la felicidad.

Si sabes que es tan fácil conseguirla.

Si la tienes lista para disfrutarla.

Si sabes que te está buscando para brindarse.

Si sabes amor que tu corazón.

Te pide que me permitas regresar.

Te pide que te dejes de mí enamorar.

Porque entonces no lo permite tu razón.

Déjate convencer mi amor.

No opongas resistencia con tu pensamiento.

Que felices los dos podemos ser.

Tú sabes que tienes ese sentimiento.

Deja salir todo ese dolor.

Deja salir todo lo que nos ha pasado.

Y empecemos a vivir esto que no ha terminado.

Que es el sentimiento que tenemos dentro los dos.

No hay que temer amor mío.

A la felicidad que podemos compartir.

A lo hermoso de lo que podemos vivir.

Al futuro que podemos lograr.

No busques en alguien más mi amor.

Lo que en mi no has perdido.

Lo que siempre en mí has tenido.

Lo que siempre te he brindado.

No busques en alguien más felicidad.

Cuando la tienes en este dulce escritor.

Que te brinda todo su amor.

Al que tu corazón quiere de regreso.

Hazle caso al sentimiento, preciosa.

Porque la vida juntos será hermosa.

Porque vamos tantas cosas a vivir.

Si tan solo lo pudieras permitir.

Olvida lo que tu cabeza piensa que es mejor.

Olvida lo que tu cabeza dice necesitar.

Porque tarde o temprano el corazón te va a reclamar.

No haberle permitido regresar al escritor.

No busques en alguien más mi amor.

Todo lo que siempre te gusto de mí.

Todo lo que en algún momento te he dado.

Y todo lo que aun te puedo dar.

De verdad espero mi amor.

Que te puedas permitir.

Lo que tu corazón te pide.

Danos otra oportunidad.

Esta vez durara por siempre.

Esta vez seremos felices.

Esta vez nos amaremos aun más.

Esta vez será definitiva.

Porque como no me canso de decirlo.

Hasta que a mi regreses te voy a extrañar.

Algunas veces no dejamos…

Algunas veces no dejamos hablar a nuestros sentimientos.

Algunas veces no sabemos cómo agradecer el cariño de quien más queremos.

Algunas veces no encontramos las palabras para demostrar nuestro amor.

Tú has llegado a mi vida y le has dado otro sentido.

Has entrado a mi vida a mi corazón y has dejado una huella que nadie nunca podrá borrar.

Cuando miro a las estrellas me parece verte en ellas, entonces me llenan de inspiraciones.

Amo las noches que me permiten imaginarte, amarte en mis sueños y decirte lo mucho que te amo.

Que eres muy importante para mí y significas mucho en mi vida.

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Antes de que tú nacieras…

Antes de que tú nacieras… princesita de tierras lejanas.

Yo ya habitaba este mundo.

Muchos años después naciste tú.

Yo nací con el propósito de que te extrañara y añorara este momento como ningún otro y así te amara.

Somos tan diferentes para la gente.

Lo que no saben es que cada momento que estamos juntos nuestras almas se funden en una sola.

Nuestros besos nos derriten mutuamente.

Nuestras caricias nos llenan por completo.

Nuestros cuerpos se funden como dos metales.

Tú eres luna y yo soy sol.

Y cada día nos eclipsamos amándonos con toda nuestra alma.

Si ellos supieran que somos tan felices.

Tal vez opinarían diferente.

Pero eso no importa.

Lo que importa es que te amo.

Me amas y nada ni nadie nos separara jamás.

Este amor es puro.

Jamás nos separaremos.

¿Y sabes por qué?

Porque Dios te fue preparando para mí.

Ay amor…

Ay amor… como duele.

Duele no tenerte más a mi lado.

El dolor me consume.

La tristeza mata lentamente.

Destroza el alma.

Arranca mi piel en mil pedazos.

Ay amor… como duele.

Duelen cada unos de tus besos.

Impregnados por todo mi cuerpo.

Duelen tus caricias dibujadas.

Hasta el último rincón de mi cuerpo.

Duelen estas lágrimas que ruedan por mi rostro cada noche.

Duelen cada una de tus palabras que retumban en mis oídos.

Ay amor... como duele.

Acércate amorcito…

¡Acércate amorcito!

¡Abrázame una vez más!

Apriétame suavemente como antes.

Y déjame acariciarte dulcemente con la mirada.

No, no digas nada.

¡No pienses nada!

Sólo déjate llevar por los acordes de nuestra canción favorita.

¡No digas nada!

Sólo mira en mis ojos la tristeza.

Extrañare todas nuestras noches de derroche.

¡Tómalas!

Son tuyas.

Guárdalas en ese rinconcito.

De tu alma que me pertenece.

¡No te pongas triste!

Sigue bailando aferrada a mi cuerpo.

No quiero que en nuestro último baile.

Mis ojos se llenen de llanto.

Vamos… sigue bailando.

Quiero ver en tus ojos la risa y la alegría.

De los buenos tiempos.

Perdóname.

No puedo retener estas lágrimas.

Ya la canción se ha terminado.

Debemos separarnos.

Aunque nos mate la tristeza.

Dame el último beso.

Te prometo guardarlo.

Muy dentro de mi alma.

Año 2008...

Abril Carolina Urrutia Romero.

¿Conoces la ley de la causa-efecto?

Ante toda acción existe una reacción.

Todo lo que obtenemos es debido a que en algún momento algo hicimos.

Hoy es y tienes el resultado de las decisiones y acciones que en tu pasado has tomado.

Año 2004...

Ayer cuando partías, Abril Carolina Urrutia Romero, pude comprender la inmensidad de lo que siento por ti.

Comprendí que te amo, tal vez demasiado.

Ayer cuando partías, cuando te di el beso de despedida.

Cuando me dijiste adiós con tu brazo en alto.

Comprendí porque un niño se aferra a su madre.

No es el cuerpo lo que los une, sino el alma.

Ayer cuando partías, hubiera querido permanecer abrazado a ti, que no te marcharas o hubiera marchado contigo, para no estar contando las horas de tu regreso.

Para no encontrarme solo y vacío.

Hoy no estaría inquieto e impaciente.

Navegando en un mar de tristeza.

Nada me alegra.

Estas cuatro paredes son como barrotes de prisión a mi naturaleza.

Ayer cuando te fuiste, comprendí que me cortaste las alas.

Que borraste el mapa de mi vida.

Que solo dejaste en mi, tu imagen, tu nombre y tu dirección.

Ayer cuando te fuiste, hiciste brotar de este seco manantial borbotones de amor por los poros de su piel.

Ayer cuando te fuiste, te olvidaste y dejaste encendido mi corazón.

Lo dejaste sintonizado al tuyo y hoy marcha al compás de tu corazón.

Ayer cuando te fuiste, enferme de tristeza.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

Ayer cuando te fuiste, me envolví en el perfume que dejaste en mi habitación.

Me abracé a tu almohada y me dormí.

Ayer cuando te fuiste, te llevaste mi brújula.

Y hoy no tengo otro camino más que aquel que me lleva de casa al aeropuerto, de donde partiste... ayer.
Return top