Mostrando las entradas con la etiqueta (Y). Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta (Y). Mostrar todas las entradas

Ya no hay respuestas…

Ya no hay respuestas que debas esperar.

Ni fantasías que no hagas realidad.

Tu cita ya no tiene un tiempo.

Es ahora.

Aquí… para siempre.

Abrázame fuerte, no me sueltes.

Juro que llegaremos juntos al cielo.

Despójame de toda inhibición.

Y bautízame con tu amor.

Deja que guarde en el baúl de los recuerdos cada movimiento.

Que encierre el excitante aroma de tu cuerpo.

Y Dios detenga el reloj eternamente.

Que nuestro ángel testifique este momento.

Dibujando frente a la hoguera del amor.

Esta pasión desbordada…

Estos versos escritos con sudor.

Renace, quédate en mí… no dejes de amarme.

Amanecer mágico, perfecta fusión de corazones.

Te invito a escribir poemas de amor.

Esta noche… cuando quieras… en mis brazos.

Yo no estaba en tu corazón…

Yo no estaba en tu corazón.

Estaba lejos, muy lejos.

Que mis palabras.

Aún anidando en tu oído.

No pudiste escucharlas.

Tan lejos de ti estaba.

Que mis dedos navegaron.

Y recorrieron tu piel.

Más nunca tocaron tu alma.

Simplemente así te vas.

Pasando de este amor.

Del que mucho alarde hacías.

Palabras al fin, que se lleva el viento.

Hay lejanías que acercan.

Comportamientos que distancian.

Espacios que se reducen.

Relaciones que se destruyen.

Estás conmigo y ausente.

Como hubiera querido.

Que mis dedos al tocarte.

Hubieran tocado también tu alma.

Para que hubieras conocido.

El amor de adentro, amor del alma.

Ya es de noche…

Ya es de noche…

Y nuevamente me encuentro meditando en este loco sentimiento.

Vuelvo a llenar de ti mis pensamientos.

Tú tan lejos...

Y a la vez tan cerca.

Como refrenar la furia de este amor descontrolado.

Que se desborda cual corriente.

De un acaudalado y tormentoso rió.

Y no gritar a los cuatro vientos.

Lo que siente mi alma aquí... muy dentro.

Que mi piel se deshace al contacto de tu cuerpo.

Y mi cuerpo tiembla y se estremece.

Cuando tú me bañas con tus besos.

Como no gritar a los cuatro vientos.

Que tus ojos me han tocado tantas veces.

Que has enloquecido cada noche junto conmigo.

Que nos hemos amado.

Hasta perder por completo los sentidos.

Dime amor como callar este amor.

Que rebasa los límites de la fantasía.

Yo te dije…

Yo te dije corazón.

Que no creas en el amor.

Te advertí que no te entregaras.

Así tan locamente.

Ya tú ves, no me hiciste caso.

Y ahora lloras desconsolado.

Tu mismo te has hecho daño.

Y ahora agonizas.

Y mueres de dolor.

Llora corazón, llora.

Todo lo que quieras.

A ver si así calmas ese dolor.

Que duele, que calcina.

Te lo mereces corazón.

Por no haberme hecho caso.

Ya vez, yo también estoy llorando.

Yo mismo no puedo soportar.

El dolor de su ausencia.

Ven abrázame corazón.

Y juntos lloremos por ese mal amor.

Que no supo valorarnos.

Yo también te amo…

Yo también te amo, mi amor.

Fueron palabras tiernas, simples.

Que se anidaron en mi alma.

Me dijo… creo que te amo corazón.

Esa frase penetro hasta mis entrañas.

Y tembló, tembló mi corazón.

Cada momento compartido arrastra los te quiero.

De una forma tan tierna y tan dulce.

Que se emociona mi corazón.

Después de tantos temporales.

Hoy por primera vez suenan auténticas.

Cuando me dice… te amo corazón.

Y mi corazón también sin temor y con confianza.

Sin ninguna duda le contesta…

Yo también te amo, princesita de tierras lejanas.

Ya sé que soy…

Ya sé que soy un pesado.

Pero te amo y no lo puedo evitar.

Te amo y tú lo sabes.

Necesito abrazarte.

Necesito besarte.

Necesito mirarte.

Necesito acariciarte.

Y porque no… hacerte el amor.

El besarte es como un sueño hecho realidad.

Eres mi fantasía de cada día.

Mi deseo constante.

El amor de mi vida.

No puedo describir lo que siento cuando hablamos.

Desde el primer día que nos conocimos me embrujo tu ser.

Probé lo que es la vida y estaría dispuesto a perderla por tenerte junto a mí.

Posiblemente este loco… pero es de amor.

Un amor puro.

Un amor inagotable.

Un amor incesante.

Con deseo y pasión.

Necesito estar junto a ti.

Sé que te puedo hacer feliz.

Sé que te puedo darte todo lo que te prometí.

Me muero por estar junto a ti.

Para a escribir juntos.

La historia más bonita de amor entre tú y yo.

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Ya no soy el hombre…

Ya no soy el hombre de la pasión helada.

Ahora soy ese que sabe lo que siente… lo que quiere.

Le doy valor sólo a cada día presente.

Mi alma que está de ella enamorada.

En versos de ella queda todo mi amor grabado.

Soy un hombre valiente.

Me domina la soledad si ella no está presente.

Y mi único deseo es ser por ella siempre amado.

Enamorada se siente mi alma en ella dulcemente encarcelada como si fuera una enfermedad que jamás deseo sea curada.

La quiero a ella solamente para mí con todo deseo y egoísmo.

Mi vida sin ella sería sólo un abismo.

Sin ella aun con muchas riquezas no tendría yo nada ni podría jamás sentirme en el mañana.

Yo soy la pasión…

Yo soy la pasión que te envuelve el cuerpo.

Soy tu delirio y la razón de tu locura.

Soy la magia que te eleva.

Hacia ese mundo distinto.

De tristezas y alegrías.

Estoy siempre contigo a tu lado.

Acompañando tus momentos, tu vida.

Soy yo quien te hace feliz.

Con ese remanso de sensaciones.

Soy en quien descansan tus deseos.

Y quien guarda celosamente tus anhelos.

Te abrazo y en esa magia… no te dejo ir.

Solo yo te puedo amar así… solo yo.

Yo creía…

Yo creía que los milagros no existían.

Que la felicidad era cosa difícil en mi vida.

Pero estando a tu lado.

Supe cuál era mi rumbo.

Para vivir enamorado y dejar de estar esperando.

Junto a ti…

No existe ningún otro mundo.

Solo el tuyo y el mío.

Bajo el brillo de las velas.

Para fundirnos en un beso.

Un beso de amor.

Y con solo pensar que saliste de la nada.

Para hacerme enamorar.

Al comenzar no existía la atracción.

Pero con el tiempo se volvió pasión.

En mi solitario corazón.

Miro el mar de tus ojos.

Las olas de tu pelo.

La suave brisa de tus caricias.

El sabor de tus besos.

Y la fragancia del mar.

Yo pensé…

Yo pensé que podía vivir la vida completamente solo, que no necesitaba de nadie en absoluto para poder disfrutarla.

Con los tropiezos que dio mi corazón, poco a poco se fue olvidando de sentir.

Mi vivir se fue tornando vacío y gris.

Me acostumbré a estar así a tener un corazón vano y ruin.

Yo creía que era ciento por ciento feliz, encerrado en el pequeño mundo de mí.

Cuando de pronto te conocí y comencé a sentir algo especial por ti.

Ese vacío se fue llenando contigo, porque sin querer dejé mi puerta entreabierta y entraste tú sin avisar y resulta que te empecé a amar.

Con el paso del tiempo, me he acostumbrado a ti a tal grado de que alejado de ti ya no puedo vivir.

Apenas pasan unas cuantas horas sin verte y ya te extraño a morir.

¿Cómo es posible que yo te quiera así?

Mas sin embargo lo mereces, por ser conmigo como eres, por prestarme un poco de tu cariño y hacer espacio en tu corazón.

Por estar a mi lado a diario y soportar mis momentos de locura y desamor.

Por desvanecer mis desaires, tristezas y alegrar mis mañanas, tardes y noches.

Por todas tus palabras de aliento y el respiro que a mi vida le das.

Por ese espíritu de hermandad.

Por pasar tus días a mi lado.

Por compartir un poquito de ti.

Por quererme como tú me quieres a mí.

Creo que por eso es que te amo así, por ser angelical para mí.

Gracias por todo eso que me das.

Gracias por darme mucho más que tu amistad.

Gracias por dejarme amarte cada día más y más.

Quiero pedirte un favor de todo corazón, que no te alejes de mí, porque si así lo hicieras podría morir.

Quédate a mi lado toda tu vida.

Nunca te vayas de mi, para así poderte amar sin fin.

Te lo juro que yo nunca te dejaré.

Yo siempre te amaré.

Y siempre estaremos juntos aquí, así.

Por siempre así, así.

¿Y qué fui para ti?

No fui el sol que iluminó tus días.

Ni la marea que alborotó tus sentidos.

Mis palabras y mis besos no te hicieron soñar con el paraíso que para mí era el estar contigo.

Siempre serás una persona amada.

Porque cuando te tuve a mi lado, supe desde el primer momento que te amaría y para toda la vida.

Para ti ahora sólo soy tu amigo.

Cuando yo quería ser el hombre que compartiera tus sueños, tus logros, tus pensamientos y tu vida.

No sé si me amaste con la intensidad que te ame.

Nunca supe si te sentías bien en esos momentos que recuerdo con anhelo.

Que adoro y que espero que la vida y el destino nos permitan estar juntos de nuevo.

Te amo, princesita de tierras lejanas.

Y si, hoy soy feliz…

Y si, hoy soy feliz, muy feliz…

Salí de la oscuridad y vine a la luz.

Porque yo escogí que así fuera.

El llanto y la tristeza de mi alma.

Era porque deje lo perfecto.

Lo perfecto que solo era Dios.

Tengo que reconocer mis errores.

Confié, confié…

Y yo mismo idealice el amor a mi antojo.

La luz que me alumbra este día.

Me hizo entender que somos humanos.

Y como humanos somos imperfectos.

Hoy fallas tú y mañana fallaré tal vez yo.

Y si no perdono tus ofensas hoy.

Tampoco a mí se me perdonara mañana.

Las heridas que había ayer en mi alma.

Me las ha curado mi creador.

Han cicatrizado hoy con un ungüento.

Ungüento especial del amor de Dios.

Y si, hoy soy feliz, muy feliz.

Porque en mi corazón ya no hay dolor.

Hoy está lleno, lleno del amor de Dios.

Ya no sé cuantas veces…

Ya no sé cuantas veces he empezado esta carta, he intentado escribirte palabras bonitas.

Compararte con el cielo y la tierra.

Pero no me salen…

No, no te rías.

Por primera vez me he quedado sin palabras.

Y es que no puedo escribir sobre lo que significas para mí.

Es cierto que el cielo y la tierra serían los mismos si no estuvieras a mi lado.

Es cierto que el mundo no se pararía.

Que el tiempo todo lo cura.

Pero sé que el cielo, la tierra, el mundo y el tiempo ya no tendrían ese nombre para mí.

Si algún día despertara y tú no estuvieras allí conmigo.

Si algún día pasara esto, yo no llegaría tarde, porque no habría razón para levantarme.

El cielo seguiría azul pero mis ojos lo verían gris.

La tierra seguiría fértil, pero yo la sentiría estéril.

El mundo se movería, mas yo estaría inmóvil.

El tiempo desaparecería, porque mis ojos no podrían ver tus ojos sonreír.

Si pudiera describirte lo mucho que quiero darte.

Si pudieras entender que no quiero de ti nada, salvo tus abrazos, tus besos y tu risa.

Si hubiera palabras para explicar lo que siento cada mañana.

Quiero decirte que tú ocupas mi mente.

Que eres dueña de mis pensamientos.

Que vives en mí.

Quiero decirte que te debo cada segundo y que te pago con lo que puedo… con mi amor.

Quisiera poder demostrarte mis sentimientos, plasmar en palabras mis emociones.

Pero el amor no tiene palabras, sólo entiende de silencios callados que lo dicen todo.

Quisiera también que nunca se acabara, que dentro de mil años siguieras despertando a mi lado y yo al tuyo.

Que siguiéramos juntos compartiendo la eternidad mientras nos miramos con la ternura de siempre.

Quisiera decirte tantas cosas…

Pero todo se reduce a que te quiero a que puedes confiar en mí y a que siempre, siempre, siempre estaré junto a ti.

Quisiera decirte y te digo que te amo.
Return top