Mucho se ha hablado del amor…

Amores que matan, amores que decepcionan, amores en los cuales se da todo y no se recibe nada a cambio.

Amor tierno, amor verdadero, amor conciso, amor confuso, amor sin piedad, amor con odio.

Mucho se ha hablado de esta palabra que todavía nadie sabe lo que es realmente.

Incluso se han hecho estudios científicos, pero nadie sabe descifrar el tan maravilloso y traicionero concepto.

Una cosa si que está clara, el amor es un sentimiento que el ser humano conoce en la mayoría de los casos.

Amores pasionales, amores sin paz, amores con cordura, amores sin ternura.

De todo tipo existen.

Una pequeña confusión en las personas cuando hablamos de este tema, es el siguiente, cuando hablamos de amor, rápidamente, ese amor se asimila al amor de pareja entre seres humanos.

Este amor como todos los amores es maravilloso pero seamos un poco más globales.

También, como todo el mundo sabe y todo el mundo ha oído, el amor se puede expresar hacia otros seres y/o hacia otras cosas.

Este es el caso del amor hacia los animales, amor hacia las plantas, amor hacia la tierra.

En resumidas cuentas amor hacia la naturaleza o hacia otros conceptos mas materiales o abstractos.

¿Cual será la naturaleza del amor?

Nadie sabe cual podrá ser la materia que alimenta este sentimiento.

A lo mejor, es que nos estamos equivocando y el amor no necesita ninguna materia para ser alimentado.

Puede ser que nos equivoquemos al intentar descifrar su naturaleza.

Cualquier científico empírico diría lo contario.

Eso, lo aseguro.

Sé que con estas simples palabras no vamos a llegar a ningún sitio y tampoco es esta mi intención.

Sólo sé que lo maravilloso y perfecto es tener una idea global de lo que puede ser y de la experimentación socio-cultural de lo que puede ser el amor para los seres humanos.

Poca gente no habrá conocido lo que es o puede ser este sentimiento.

Expresarse... no se puede expresar de una forma física, pero interiormente se sabe que uno está enamorado.

Si alguien nos comenta que no ha sentido amor a lo largo de su vida, puede ser que esta persona no ha descifrado todavía lo que es el amor.

Tiempo al tiempo.

Posiblemente lo haya tenido cerca y dentro de él.

Casi seguro que sí.

Lo que le habrá ocurrido es que no lo ha reconocido.

Simplemente no ha reconocido lo que hoy por hoy podemos llamar amor.

Que alguien levante la mano si no ha mirado al cielo azul con sus tranquilas nubes blancas y se ha sentido feliz.

Que alguien me diga que no ha abrazado el tronco de un robusto árbol y cuando lo ha soltado se ha sentido raro pero a la vez… extraño por lo sentido.

Quien no se ha recostado en una extensa pradera al sol y se ha sentido a gusto consigo mismo a pesar de todo lo que le puede rodear.

Si todavía tú no lo has hecho, es el momento para que puedas experimentar todo esto que estoy comentando.

Una cosa está muy clara.

Si uno no es capaz de amarse a si mismo nunca podrá amar a nadie ni a nada.

Simplemente por la razón de que si uno no tiene, no puede ofrecer.

¿Cómo se va a dar amor si no se tiene?

Y el lado opuesto siempre ocurre.

Hay seres que están llenos de tanto amor que lo reparten por doquier y no les importa darlo a pesar de las amarguras que incluso les proporcionen esos seres que lo reciben.

Eso es el verdadero amor, el amor que no pide nada a cambio.

Es muy sencillo.

El ser que da todo este amor es por si solo feliz repartiendo su amor y compartiendo éste con los demás.

Y es que el amor da la felicidad.

Otros seres peores que los no conocedores de la existencia del amor o de la no autoestima amorosa, son aquellos que sabiendo que pueden dar amor y les sobra todo ese amor no son capaces de darlo aunque vean que alguien pueda necesitarlo.

Avaricia amorosa.

Y aquí es donde aparece el odio.

El odio por la pérdida de amor.

El odio por el futuro incierto de una vida amorosa amarga y poco fructífera.

Y es que el odio es el mal de todos los males.

Odio por todo y odio por nada.

Si todo el mundo fuésemos un poquitín, solamente un poquitín mas amorosos con los seres que nos rodean, todo sería más bonito, más complaciente y menos penoso.

No habría tanto odio pero sí a lo mejor mucho más desamor.

No se sabe y será muy difícil de averiguar.

Al fin y al cabo... amor y odio.

¿Que más dará?

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