Se nos dio la oportunidad de vivir…

Se nos dio la oportunidad de vivir, de conocer este mundo físico, de compenetrarnos en todo lo que él encierra, pero también de saber disfrutarla, más cuando no sabemos el momento de nuestra partida.

Debemos sacarle provecho a los minutos, horas, años y optimizar toda esa potencia divina que se nos ha dado, darle paso a nuestros pensamientos, creatividad, iniciativa en todo aquello que nos favorezca en nuestro crecimiento, utilización adecuada de nuestro tiempo, que nos genere equilibrio, felicidad, armonía y lo que tanto se anhela, como es el amor, en ese instante llega la iluminación.

Para conocer la vida simplemente hay que vivir.

La vida es vivir, la vida no es un objeto, la vida es un proceso.

La vida es un néctar que hay que aprender a saborear.

No hay forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, saboreándolo todo con ella.

Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, ten por seguro que te perderás en luchas y discordias intelectuales.

El intelecto no puede reconocer lo que es la vida.

El intelecto no puede conocer el sabor de la vida y su significado.

La vida no te está esperando en ninguna parte.

La vida es algo que te sucede y te muestra los misterios de estar vivo.

La vida no se encuentra en el futuro como una meta que haz de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón.

Cualquier cosa que seas, es tu vida, si te pones a buscar significados en otra parte, te perderás la oportunidad de conocer el sabor de la vida.

Lo cierto, que cada quien en la medida que se ha identificado plenamente con lo que representa la oportunidad de vivir, de estar plenamente identificado con ese chance de sacarle provecho al tiempo que se nos permite estar, debe saberla saborear, sin dar cabida a todo aquello que merme las capacidades energéticas del entusiasmo, de la manifestación de sentimientos, emociones en toda sus capacidades que generen felicidad, autenticidad.

Se debe evitar a toda costa la dependencia, manipulación alienación interferencia que mermen el gozo máximo de saborear intensamente nuestro vivir.

Mañana puede ser demasiado tarde y no sabemos si realmente estaremos en ese mañana.

Mi percepción de vida ha cambiado radicalmente y me identifico con todo aquello que me genera felicidad, que me da la paz de que realmente el tiempo de permanencia es utilizado intensamente en pro de mi crecimiento y de no afectar a nadie en lo que les corresponde hacer.

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