La autoestima…

La autoestima es el entendimiento valorativo de nuestro ser, es decir, el acto racional de valorar en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia el cuerpo y la mente que conforman nuestra personalidad.

La autoestima es un proceso interno que comienza con aceptarse uno mismo, con el perdón de nuestros errores y el convencimiento positivo de que cada día podemos ser mejores sin llevar a cuestas las culpas del pasado.

Es importantísimo tener autoestima.

Todos la necesitamos porque esta nos ayuda a estar contentos, nos ayuda a mantener valores morales y a sentirnos satisfechos con nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Tener una autoestima saludable es el primer paso para poder salir de algunas trampas impuestas por las emociones negativas, como es la de sentirnos víctimas, víctimas del tiempo, víctimas de otras personas, víctimas de todo.

Si nos convencemos fatalmente que somos víctimas nos entregamos al absurdo inútil de sentir lástima por nosotros mismos y con esta idea será imposible hacer crecer una autoimagen positiva y poderosa, porque nos habremos rendido ante el soldado obscuro de la autoestima baja.

Para trabajar hacia una autoestima alta y fortalecida es imprescindible limpiarnos de ideas erróneas acerca de la vida, de creer que nadie nos quiere, que nadie nos ayuda, que alguien nos debe algo o que alguien nos está quitando algo.

Por el contrario, debemos pensar que nosotros somos valientes y capaces para lograr cumplir aquello positivo que nos propongamos.

En este asunto de la autoestima, un factor determinante es la imagen de sí mismo.

La imagen de sí mismo y la autoestima se relacionan porque si tenemos una imagen fuerte y saludable de nosotros mismos nuestra autoestima será así también… fuerte y saludable.

Sin embargo…

Si la imagen que poseemos de nosotros es débil y borrosa, nuestra autoestima será débil y borrosa.

Fundamentalmente la imagen de uno mismo se forma a través de aquello que los demás nos dijeron sobre nosotros cuando fuimos pequeños, las conclusiones que sacamos a partir de como los otros nos calificaron.

Cuando éramos pequeños nuestros padres o maestros afirmaron algo con respecto a nuestra imagen y de acuerdo a estos comentarios sacamos conclusiones a veces negativas.

Toda esta información ha creado una confusión interna de quienes somos y de cuales son nuestras capacidades, por lo tanto crecemos con muchas contradicciones y terminamos desarrollando una autoestima baja.

En forma contraria, si podemos clarificar estas confusiones y convencernos por nosotros mismos, no por lo que los otros nos digan, que somos dueños de valiosísimos talentos y virtudes, de una tremenda fuerza interior, entonces tendremos una autoestima alta.

La autoestima es un recurso integral y complejo del desarrollo personal.

Las debilidades de la autoestima afectan la salud, las relaciones y la productividad, mientras que su robustecimiento potencia a la persona a desarrollar una adecuada adaptabilidad social y productiva.

La autoestima nos proporciona valor para poder creer en nosotros y en lo que podemos lograr a través del tiempo.

Nos permite respetarnos, incluso cuando cometemos errores.

Y cuando uno se respeta, por lo general, los demás también aprenden a hacerlo.

La alta autoestima es el medio más efectivo para tomar buenas decisiones relacionadas con nuestra mente y cuerpo.

Porque al saber que somos importantes es menos probable que nos dejemos arrastrar por malos consejos o malas compañías.

Si poseemos una alta autoestima, sabremos entonces que somos lo suficientemente inteligentes como para tomar caminos acertados, valorando nuestra seguridad física y emocional.

Si la a autoestima es saber que uno es valioso y eso te va a hacer feliz…

¿Qué estás esperando?

Abandona esa autoestima baja y empieza a desarrollar una autoestima alta.

Nunca olvides que tú vales mucho, que tú mente y tu cuerpo son tus mayores tesoros.

0 comentarios:

Return top