Muero de ti…

Muero de ti, amor.

De amor de ti.

De urgencia de mi piel de ti.

De mi alma de ti y de tu boca.

Y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí.

Muero de ambos, de nosotros.

Morimos en mi cuarto donde estoy solo.

En mi cama en la que faltas.

En la calle donde mi brazo va vacío.

En el cine, los parques y los lugares donde en mi hombro recostabas tu cabeza.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire para que estés fuera de mí.

Y el lugar en que el aire se acaba cuando mi piel estaba sobre ti.

Morimos, lo sabemos.

Nos morimos entre los dos ahora.

Separados del uno del otro.

Diariamente cayéndonos en múltiples estatuas.

En gestos que no vemos.

En nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor.

Muero en tu vientre que no muerdo ni beso.

En tus muslos dulcísimos y vivos.

En tu carne sin fin, muero.

Me muero de mi cuerpo y de tu cuerpo.

Nos morimos, amor.

Y nada hacemos sino morirnos más.

Hora tras hora, escribirnos, hablarnos y morirnos.

0 comentarios:

Return top