Mi alma estaba…

Mi alma estaba desierta.

Callada, vacía y fría.

Mis labios hablar no querían.

Ya no había inspiración ni versos.

Hasta mis ilusiones se perdieron.

En cada poesía, en cada verso.

Escritos desde lo más hondo.

Gritaba mi alma quizás cansada.

Tal vez sin fuerzas, pidiendo a gritos.

Que me devuelvan mis ilusiones.

Fue cuando a mi vida tú llegaste.

Respondiste a ese llamado enseguida.

No se si fue verdad o quise yo engañarme.

Contigo conocí los sentimientos más bonitos.

¿Donde están tus promesas?

De amor eterno.

No, nada era verdad de lo que decías.

Tu deseo carnal de tenerme fue más fuerte.

No pudiste esperar.

Hoy estrenas un nuevo amor.

¿Que puedo yo decirte?

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