Cuando el amor se cruza en el camino.
Nada ni nadie puede evitarlo.
Es más fuerte que cualquier cosa en el mundo.
Los lazos del amor son invisibles, inevitables e ineludibles.
Aunque trates de cambiar.
Aunque te aferres al pasado.
Aunque intentes no dejarlo entrar.
No sentirlo.
Ser indiferente con él.
Aunque le cierres las puertas.
Las sensaciones y la esencia del amor siempre pero siempre te persiguen aunque quieras mantener al margen tu mente.
Aun así, en los pensamientos te insiste, se asoma, te acosa.
La fuerza del amor es más grande y más fuerte que tú.
El amor nace en el corazón.
En tus pensamientos.
En tu piel.
Cuando menos lo esperas, lo imaginas, sin pensarlo.
Sin que ni siquiera te des cuenta, sin proponértelo.
Simplemente nace y así como un día el amor llega a tu vida.
También un día se va sin avisar.
Por eso cuando al fin llega a tu vida, colmando de de las mayores alegrías.
Debes valorarlo y vivirlo a plenitud, sin temores, sin reservas, sin excusas.
Abriendo las puertas de tu corazón.
El amor es la experiencia más maravillosa que podemos experimentar y disfrutar en la vida.
Si se cruza por tu camino... no lo dejes escapar.
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