Anoche en sueños…

Anoche en sueños besé tu boca.

Fue en un bosque y cobijados por la copa de un árbol que casi toca el cielo, intercambiábamos opiniones, risas y lágrimas mezcladas con algunas caricias que ambos nos regalábamos.

Caricias que iban exentas de toda pretensión que no fuese afianzar nuestro amor.

Estaba atardeciendo, el sol se iba pero tu radiante rostro a modo de real candileja impedía que la oscuridad viniese y todo esto hacía un escenario tal que era como si quisieras indicarme que tú mi bella princesita, estuvieses esperando mi beso para despertar, tenias los ojos entornados dando la impresión que dormías, acostada sobre la fresca hierba y al no despertar era como si me dijeses que querías otro beso.

Sé que la mente crea ideas y que éstas a su vez sueños y que los sueños se manifiestan mientras estamos durmiendo.

Lo que ignoro es que si un sueño puede ser recibido de otra persona.

De ser así.

¿Este sueño me lo enviaste tú?

¿Querías indicarme que era yo quien debía despertar a la realidad después de haber despertado del sueño?

Hace poco alguien dijo que no darle importancia a un sueño era igual a tirar una botella sin leer el mensaje que lleva dentro.

Quiero saber si tú me enviaste ese sueño.

Si me dices que sí, por mi parte te hablaré acerca de la impresión que tu beso del sueño me dejó, te diré que esa impresión me dura todavía, que ha permanecido hasta ahora, para que una vez ya en la realidad y declarándote mi amor, esta noche te vuelva a besar.

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