Cada día en cada decisión…

Cada día en cada decisión, las personas asumen una entre dos posiciones, que dan curso a lo que será su éxito o su fracaso… vivir como responsables o vivir como víctimas, es decir, culpar a otros de lo que les sucede o asumir que lo que recogemos se debe a lo que sembramos.

Por razones de biología, los humanos, tenemos recursos que nos permiten relacionarnos con el mundo de manera muy particular.

Cuatro de esos recursos cuya forma de utilización afectan nuestra vida en distintas áreas son… el lenguaje, la interpretación, la memoria y la imaginación.

El lenguaje, se aprende en sociedad, está limitado por la forma de cultura que aprendemos y nos permite darle nombre a personas, objetos y situaciones.

Si no disponemos de un nombre para expresar situaciones o experiencias podemos sentirnos confundidos.

También el lenguaje nos permite usar esos nombres asignados para describir lo que experimentamos, aunque las describamos prejuiciado por aprendizajes previos.

La interpretación la hacemos con pensamientos o verbalizaciones y consiste en darle sentido racional a las cosas, opinar sobre ellas, descifrar lo que significan en nuestro código personal.

En cuanto a los otros dos recursos, la memoria y la imaginación, diré que la memoria, facultad superior vinculada al cerebro, nos permite almacenar y recordar experiencias e interpretaciones, mientras que la imaginación sirve para pensar en lo que no existe y visualizar cómo será o sucederá.

Estos cuatro recursos los usamos para conformar una opinión compleja acerca de nosotros, que conocemos como la autoimagen, base, por cierto, de toda nuestra actuación social.

Esa autoimagen surge de acuerdo con la forma como hemos sido tratados, lo que hemos experimentado, como hemos interpretado nuestras experiencias y las consideraciones que hacemos sobre lo que podemos o no, hacer, lograr y disfrutar.

Se habla de autoimagen negativa o positiva, si la manera de percibirnos es favorable o desfavorable, lo cual repercute en toda nuestra autoestima.

Esa autoimagen la fortalecemos y protegemos férreamente, la mayoría de las veces sin notarlo, a través de varios mecanismos de defensa entre los cuales mencionaré únicamente el de proyección.

La proyección, concepto utilizado en principio por Sigmund Freud, sugiere que las personas recurren a la estrategia mental de colocar afuera, en el mundo exterior, algo que realmente les pertenece o es creación.

Es una operación mental a través de la cual la persona se niega a responsabilizarse por una experiencia o situación causada o vivida por ella y la coloca como causada por otras personas o cosas.

Aquí, se da origen, cuando se hace habitual, a lo que podría denominar la personalidad de víctima.

La personalidad de víctima o el victimismo, consiste entonces en defenderme de posibles situaciones de malestar, a través del no reconocimiento y proyección externa (hacia otra persona o cosa) de determinada situación.

Si una persona llega tarde al trabajo, dirá que la causa es el tránsito automotor, la lluvia, alguna otra persona o cierta eventualidad.

No pensará que la tardanza se debe a que no se organiza, a un hábito que no ha notado que tiene, al mal cálculo del tiempo o a una protesta metafórica que hace contra el jefe, el trabajo o la empresa.

Aunque es una realidad frecuente la existencia de personas que se sienten poderosos y privilegiados y que se aprovechan de su rol o su capacidad para imponer conductas y métodos abusivos en contra de otros menos privilegiados en lo político, lo económico o lo social, también lo es que la existencia de quienes se sirven del victimismo para ganar atención o compasión.

Estos se muestran débiles y maltratados para encontrar el apoyo de otros y evitar tener que realizar los esfuerzos que su situación de vida, natural o adquirida les impone.

Una forma rabiosa de victimismo, consiste en molestarse porque otros no son como nosotros o como deseamos que sean.

En estos casos la tendencia es a atacarlos, acusarlos, etiquetarlos para dañarlos moral, emocional o físicamente.

Esta demostración de intolerancia excluyente, que por inconsciencia e ignorancia espiritual, suele verse amparada por ideologías y credos que ocultan lo que en realidad no es más que simple y llana conducta patológica.

Todos hemos actuado como víctima… niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, negros, indios y blancos, pobres, ricos.

No hay excepción a esta regla y la razón es que, salvo algunos privilegiados, las personas no conocen la forma como funciona su mente, como crean una realidad falsa basada en pensamientos irracionales que generan conflictos y sufrimiento.

¿Y cuáles serían las soluciones?

Acepta que sueles vivir desde una posición de víctima, sin negarlo o evadirlo.

Decide vivir desde una nueva posición mental, la responsabilidad de causa, lo cual consiste en aceptar que en alguna medida y a veces totalmente, eres responsable de cuanto ocurre y acepta que ocurra en tu vida.

Pregúntate…

¿Qué estoy haciendo para que esto me este sucediendo?

Toma esta reflexión, trabaja sobre ella y elévate por encima de la mediocridad funcional que significa pasar por la vida culpando a otros por lo que cada uno de nosotros ha elegido pensar, sentir, hacer, aceptar y estimular.

Obsérvate, conócete y transfórmate.

Cuando hablamos…

Si algún día las personas entendieran la importancia y el alcance que tienen las palabras que salen de su boca, el mundo sería distinto.

Con la boca puedes derrotar al más cruel enemigo o levantar a tu mejor amigo.

Puedes ser medicina o veneno mortífero.

Puedes curar o sangrar una herida.

Puedes dar alivio o causar dolor permanente.

Puedes vivir o morir eternamente.

Si el hombre pudiera elevar su voz con proclamaciones sinceras de su corazón.

Si pudiera sonreír luego de elevar su voz, después de haberle dicho algo a alguien, entonces sería feliz.

¿Cuál es el sabor del dolor ajeno?

¿Cuál es la razón de ser veneno?

¿Por qué te detienes en tu camino para atacar al que está a tu lado cuando bien sabe que mañana podrá ser él el necesitado?

Nos creemos suficientes y por eso menospreciamos al otro y por si esto fuera poco tratamos de hundirlo para poder subir nosotros.

¿Es que los peldaños se construyen con dolor y egoísmo?

¿Estamos tan ciegos que no podemos ver nuestro egoísmo?

Somos míseros mortales y la única diferencia es nuestra manera de ser.

Tan variada es la peculiaridad de cada uno, tan distinta, es magnífico cuando se la puede integrar armoniosamente.

Cuando ya no importa el pasado sino el hoy, el presente.

A tu lado tienes personas que Dios ha puesto en tu camino para que no te sientas solo(a).

Para que tengas con quien construir un futuro, formar relaciones, ya sean pasajeras o de por vida.

Para que intercambies tus pensamientos, obras y sentimientos.

¿Cuál será tu actitud con los que te rodean?

¿Serás misil descontrolado o te atreverás a ser diferente y brindar amor abnegado?

Hoy todo esto es utopía.

Te creen loco si lo lees en voz alta.

Pero si lo pruebas, verás los resultados.

Nada se compara con el bienestar que sientes cuando obras a favor de tu hermano, cuando no lo tiras sino que le tiendes una mano.

Recuerda que no estás solo y tampoco querrás estarlo.

Cómo vivirás, cómo te sentirás mañana depende de lo que hagas hoy.

Habla de tal modo que cuando hables sea medicina tu voz.

Desafortunadamente nosotros…

Desafortunadamente nosotros los seres humanos tenemos tantos malos hábitos que nos faltaría página para nombrarlos.

Sin embargo…

Hay malos hábitos que son peores que otros.

Veamos con claridad cuales son para poder combatirlos día a día y en su lugar cultivar buenos hábitos.

* Echarles la culpa a otros.

¿Acaso vivir culpando a los que te rodean, a la vida o al clima te ha ayudado a ser mejor?

Es muy difícil concentrarse en lo que sí puedes hacer diferente cuando estás muy ocupado culpando a los otros y evadiendo la responsabilidad de tus actos.

Presta atención a lo que eres capaz de lograr y no al espejismo de lo que no puedes por culpa de esto o de aquello.

* Soluciones temporales.

¿Has visto cuando los padres les dan a sus hijos caramelos para calmarlos momentáneamente y luego estos niños se vuelven llorones y malcriados?

Nosotros hacemos igual con nosotros mismos, tomamos nuestro caramelo sin medir las consecuencias futuras y es así como terminamos con problemas de dinero, relaciones sentimentales rotas, enfermos, etc., etc.

* Dejar que el miedo decida por nosotros.

Actuar por miedo es una forma segura de sabotear tu desarrollo personal y dejar que el miedo nos paralice es uno de los peores hábitos.

La vida es para los valientes y la valentía es un don que todos poseemos, desarrolla ese don.

Aprende a luchar aunque te tiemblen las piernas.

* Dejar todo para después.

Cerrar los ojos a la realidad y posponer decisiones o acciones es un hábito negativo.

Recuerda el viejo refrán… no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

Hay cosas que merecen ser ejecutadas en el presente.

No pospongas tu vida.

* Esperando y esperando.

Esta es una de las formas más tristes de llevar tu existencia.

Cuando hay que esperar hay que saberlo hacer con paciencia y sin desesperación pero tampoco no hagas de tu vida una constante espera.

No aguardes eternamente a que el barco llegue y te lleve.

Empieza a construir tu propio barco y embárcate en él.

Movimiento, marcha, impulso y riesgos inteligentes invitan a las oportunidades.

* Pereza.

Es muy fácil ver las consecuencias de este mal hábito que siempre amenaza.

Es verdad que todos poseemos diferentes niveles de energía y es verdad también que la vida no es solo trabajar o estudiar, muchas veces la pereza y la apatía nos congelan y se vuelven una fuerza terriblemente obscura en el sendero hacia conquistar lo deseado.

* Actuar por impulso.

Cuántos arrepentimientos y cuántas lágrimas llegan por esas obras impulsivas.

Antes de actuar analiza las consecuencias que traerán tus palabras o tus silencios.

Pon en práctica tu sentido común.

La ira o la euforia son malas consejeras.

Cálmate, razona y entonces resuelve.

Recuerda que la mejor decisión es aquella que trae paz a tu espíritu.

El amor es libre…

El amor es libre y es eterno.

Eterno como la vida, porque aunque el hombre muera la vida continúa y así también el amor persiste.

El amor está siempre listo para cumplir su misión… la voluntad de dar, de compartir, de embellecer, de ser feliz y hacer feliz.

El amor es bueno, nunca malo y no es verdadero tampoco falso es solo uno, es amor y este jamás controla, no esclaviza, no juzga, no guarda rencores ni envidias, no envenena ni se deja envenenar.

El amor existe, total y puro y de su existencia debemos aprender y debemos enseñar, ya que él es perfecto, más los que amamos somos los imperfectos y a veces por nuestra ira o por nuestros miedos o por terquedad o por celos no dejamos que el amor extienda sus alas y nos embargue.

El practicante del amor debe ser como el artesano, quien trabaja su madera, su bronce o su barro, con ahínco, con atención, con sabiduría.

Creador milenario que aprendió su oficio en la ejecución repetitiva y armoniosa, porque a tallar se aprende tallando y a amar amando.

Amigo(a), que el amor no pase sin tocarte y tú sin tocarlo porque el ser humano debe abrir su alma, abrirla una y otra vez para que una luz de mil estrellas enamoradas entre y lo ilumine y lo haga encontrarse cara a cara con los rostros infalibles de la alegría, la bondad y la belleza.

En esta oportunidad hablare de la empatía…

En esta oportunidad hablare de la empatía, la cual no es otra cosa sino la habilidad que posee un individuo de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, lo que genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.

Muchas disciplinas las han considerado un fenómeno muy importante y relevante entre ellas la psicología que le asigna, un rol de mediador cultural, para evaluar la conducta social.

Ha sido un tema de interés tanto para la psicología clínica como educacional, social y de la personalidad.

Algunos doctrinarios la definen como la habilidad cognitiva, que es inherente a un individuo, de tomar la perspectiva del otro o de entender algunas de sus estructuras de mundo, sin adoptar necesariamente esta misma perspectiva, es como colocarse en los zapatos del otro y aunque no pienses igual que ellos conocer o entender lo que ellos sienten a sabiendas de que cada individuo posee un guión propio.

Para otros la empatía es empírica, ya que es como una experiencia adquirida a partir de las emociones de los demás a través de las perspectivas tomadas de éstos y de la simpatía, definida como un componente emocional de la empatía.

En resumen podemos decir que no es otra cosa sino la habilidad para estar consciente de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás.

En otras palabras, el ser empático es el ser capaz de “leer” emocionalmente a las personas.

La empatía se enlaza con otras habilidades o capacidades de comportamiento importantes dentro de las cuales se incluye… calidad de interrelación, desarrollo moral, agresividad y altruismo.

También incluye una respuesta emocional orientada hacia otra persona de acuerdo con la percepción y valoración del bienestar de ésta y una gama de sentimientos empáticos como ya hemos dicho anteriormente simpatía compasión y ternura.

Los estudiosos de la materia han establecido que puede existir una empatía que abarque respuestas con pautas afectivas y cognitivas.

Trayendo esto como consecuencia dos distinciones… empatía cognitiva, constituye una comprensión del estado interno de otra persona y empatía emocional (o afectiva), que involucra una reacción emocional por parte del individuo que observa las experiencias de otros y se coloca en el lugar del mismo.

A los efectos de una mejor comprensión del concepto dado anteriormente es necesario distinguir entre capacidad y tendencia empática.

Una capacidad, es propia de cada individuo que posee la habilidad de conectarse con actividades mentales, puede adoptar la perspectiva de los demás o atender a sus propios estados internos.

Se han establecido teorías que se refieren al desarrollo de la empatía de los niños, estableciendo que virtualmente desde el nacimiento el infante es capaz de experimentar un estado de aflicción personal en respuesta a la aflicción de otros, incluso la de su madre cuando se encuentran en el vientre.

Sin embargo…

Las habilidades cognitivas del niño se desarrollan con la edad, así como también los sentimientos de simpatía y la toma de roles, pero a la vez disminuyen la capacidad de aflicción personal.

En fin a medida que vamos creciendo perdemos esa habilidad que poseemos de forma innata de colocarnos en el lugar de otros.

Las funciones de la empatía van desde la motivación, ya que amplifica o intensifica la motivación a aliviar la necesidad de otra persona.

Hasta la información acerca del grado en el cual uno valora al bienestar de las otras personas y desea aliviar su necesidad.

Existe una relación entre el “ser” y la “empatía” ya que las personas están predispuestas a empatizar con aquellos que consideran similares o con objetivos parecidos a los de ellos, que encuentran dicha similitud como resultado de su interacción, entender esta relación nos puede llevar a entender a que se debe el aumento de empatía en determinadas situaciones en comparación con otras, como por ejemplo…

Aumenta cuando la persona experimenta angustia, motivando que se preste ya sea una ayuda egoísta o ayuda dirigida a reducir la propia angustia y afecto empático ayuda altruista o ayuda dirigida a reducir la angustia de los demás.

La angustia personal aumenta si uno de los sujetos que intervienen en el proceso empático posee auto-discrepancia (estados afectivos negativos).

Sin embargo…

El afecto empático sólo aumenta sí el sujeto comparte la vulnerabilidad emocional de la otra persona.

Cuando uno de los sujetos ha experimentado la angustia de la otra, se produce empatía y conductas altruistas ya que se revive esa angustia.

La relación entre auto-estados compartidos y los efectos emocionales de la empatía podría llevarnos a entender la motivación interpersonal.

Las personas que orientan su atención en entender los sentimientos de los demás y que se comprometen afectivamente con ellos, experimentan un mayor interés empático y ofrecen más ayuda que aquellos que se centran en los procesos de pensamiento.

Lo más probable es que una persona que experimenta empatía por otra, reacciona en forma altruista.

Sin embargo…

No siempre ocurre de esta manera.

Podría esto deberse a que existen factores situacionales como la presencia de terceros, situaciones ambiguas, etc.

Que van a promover o inhibir la conducta altruista.

La relación más alta entre empatía y altruismo se da cuando existe una relación entre personas y una de ellas necesita ayuda.

Dentro de la empatía podemos observar que muchas veces puede ser que experimentemos ese sentimiento de entender a los demás pero que se nos presenten otras circunstancias que pueden llevarnos a que a pesar de tener el sentimiento empático, actuemos por motivos egoístas ya que observamos el costo de la ayuda y en este caso nos encontramos ante un conflicto de intereses entre el bienestar propio y el de los demás, por lo tanto dentro de nuestra sociedad aún cuando las personas experimentan este sentimiento no se comportan como tal, debido a esa lucha de intereses que se presentan.

Ya que el alto costo de la ayuda desvió la atención en considerar a los demás.

La empatía debe presentarse en las parejas, donde cada miembro trata de inferir con precisión pensamientos y sentimientos del otro.

Desde luego esta inferencia guarda una relación proporcional al tipo de relación de las parejas, es necesario que se basen en sinceridad, habilidad de comunicación y funcionamiento total de estas cuando las parejas resuelven conflictos de forma directa y abierta, se logra un mejor diagnóstico de la situación y se tiende a desarrollar más comprensión de sentimientos y pensamientos en sus discusiones.

La relación entre empatía y calidad de relaciones son mayormente positivas, si los asuntos confrontados son más triviales, menos conflictivos y menos amenazadores para la relación y la relación podría ser negativa si el contenido de la confrontación es más importante, más conflictivo y más amenazador.

Además se plantea que el conocimiento personal acerca del otro aumenta la empatía, por lo que se daría más en amigos que en desconocidos.

El atractivo físico también sería un factor importante de considerar.

La empatía es una respuesta afectiva cognitiva en virtud de que se activa por el estado de necesidad de otra persona y su intensidad se relaciona con la rapidez e intensidad de la ayuda subsiguiente, la que también depende de la información acerca de los pensamientos, sentimientos del otro y cuánto valoramos el bienestar de éstos.

La empatía es importante ya que repercute en gran parte en el repertorio de conductas sociales, tales como relación de pareja, amistad, agresión, conductas altruistas, actitud hacia los desconocidos.

La empatía en su mayoría es motivada por un deseo altruista de aliviar el estado de necesidad en que se encuentra una persona y no sólo tal como lo han establecido algunos especialistas el deseo egoísta de mejorar nuestro propio estado de tristeza o angustia que pudiera provocar el percibir a alguien en necesidad.

Tendemos más a empatizar con amigos que con extraños porque existe un mayor intercambio de información con los primeros y también debido a la información previa almacenada que se tiene de estos.

Esto permitiría inferir con mayor rapidez y precisión pensamientos y sentimientos del otro haciendo más fácil interpretar las situaciones en las cuales debemos ser empáticos.

Se considera que la misma es una habilidad de carácter subjetivo, ya que es dependiente del individuo que la manifieste dadas las características de la percepción como fenómeno cognitivo implica no sólo la adquisición de información inmediata del ambiente, sino que juega un papel importante la información obtenida a través de vivencias previas y la relación que se establece entre ambas.

El ser humano capaz de transformar…

El ser humano capaz de transformar la realidad que nos circunda, es alguien que cree en su potencial de acción y lo lleva más allá de la rutina, la inacción, la dependencia y la desesperanza que llevamos dentro los demás seres humanos.

Los problemas están ahí y el común de los seres humanos solo alentamos la ilusión de querer transformarlos, pero estamos invadidos por el temor al riesgo, la desilusión o la idea de esperar mejores momentos para tomar la decisión de afrontar el desafío, mientras que poco a poco nos vamos metiendo en un callejón sin salida, consolados por preguntas justificadoras como…

¿Para qué me preocupo por cambiar las cosas, si una golondrina no hace el verano?

Los líderes de sus propias acciones sea cual sea su disciplina, no piensan así.

Saben que cada día que pasa es más difícil cambiar lo establecido y desde esa interpretación, asumen el compromiso con la realidad que les circunda.

Por esa razón, no podemos “dormirnos sobre los laureles” de los datos inflados y mal intencionados, las falsas esperanzas, las creencias ilusorias o la ingenua percepción de la realidad que produce el yo rutinario de la mayoría de las personas.

La ingenua percepción de la realidad que poseemos la mayoría, esta representada por frases como…

- Esto mejora…

- Tengo la esperanza que todo va bien…

- Soy optimista…

- Me basta con tener pensamiento positivo…

Mientras el líder de sus propias ideas actúa con una lógica radical, expresada en propuestas nuevas de acción, alimentadas por su potencial de realización, con el cual cautiva por la fuerza que le imprime, estimulada por el orgullo del hacer, aunque lo llamen individualista o soñador.

De este estar despiertos ante la realidad, surgen preguntas evaluadoras como…

¿Cuáles son mis esquemas mentales y mis paradigmas con respecto a las diferentes situaciones que la realidad me presenta diariamente?

El líder de sus propias acciones se conecta con la realidad en forma de responsabilidad consigo mismo y modifica sus actitudes por medio de acciones que realiza libremente como un quehacer de magnitud mágica, porque transforma, crea y establece el cambio de lo viejo por lo nuevo.

Cambiar lo viejo por lo nuevo desde la acción del líder de sí mismo, es un acto de decisión que consiste en reconocer las propias posibilidades para actuar sobre la realidad, como una forma de inducir intenciones que configuran formas de transformar la realidad personal.

Desde esa experiencia consciente, la decisión de atreverse a ser dueño de sus propias ideas, constituye una forma de explorar el potencial de acción existente en el interior de cada persona, el cual de expresa a la manera de un motor interno que irrumpe el estado de latencia entre el acto de querer realizar las propias ideas y el acto de realizarlas.

En mi epitafio, allá donde sea…

¿A cuántos sepelios has asistido?

¿Cuántos pésames has dado?

¿Cuántos seres queridos han fallecido?

¿Cuántas veces has acompañado a un cortejo fúnebre?

Sin lugar a dudas todos tenemos desagradablemente respuestas a esas cuestiones.

Llega el proceso de la muerte pasando de refilón por nuestras vidas.

Son como flechas lanzadas por un arquero invisible que por el momento no han impactado en nuestra diana.

Pero algún día ese arco que dispara los dardos del final de nuestros días llegará, posiblemente, sin previo aviso.

¿Recuerdas aquellos momentos cuando nos han dado la noticia, cuando hemos de dar el pésame o recibirlo, cuando se vela el cuerpo presente dentro de la famosa “caja de pino” y cuanto en esas horas se dice?

Lamentablemente los estereotipos se manifiestan compulsivamente…

- No somos nadie.

- La vida es corta.

- Que buena persona era.

- Cuanto quería a su cónyuge y a sus hijos.

- Llevó una vida ejemplar.

Cuando estas circunstancias aterrizan, los sucesos se repiten de forma clónica.

Parece que debemos revivir y actuar de acuerdo a unos patrones establecidos.

Parece que es inevitable la dramatización, la especulación y el espectáculo, a veces y desgraciadamente, sórdido de algunos de los personajes que asiste a la obra de teatro que se escenifica sin ensayo ni concierto.

Hablar de este proceso ineludible no parece ser el sustento literario ni anímico favorito de nadie.

Quizás sea por el miedo a lo desconocido, aunque para mí sólo es el miedo a confrontar la vida que se experimenta.

Al hilo de ellos manifestar lo que en dos ocasiones me relataron sobre algo que me sorprendió de una de las costumbres que poseen en la India, pero que con el tiempo llegué a entender.

Resulta que con el nacimiento de una nueva vida se producen lamentos al pensar en lo que aún le queda por pasar al recién llegado y que por el contrario, en el momento de la muerte se establece un cierto regocijo al saber que ese ser querido ha dejado de padecer pasando al estado de conocimiento de la paz.

Curioso, pero cierto y al mismo tiempo asumible y respetable por la cultura en la que se mantienen.

Como observamos, las manifestaciones son distintas ante el mismo evento y no por ello lo sustancial cambia.

No obstante y antes de entrar con brevedad en la materia quiero traer a colación a un periodista, relevante cronista parlamentario y escritor ya fallecido cuyo nombre es Luis Carandell, quien recopiló y editó un volumen con numerosísimos epitafios que había recogido en centenares de cementerios que había visitado como consecuencia de sus numerosos viajes debido a su trabajo periodístico.

Los había de todas clases.

Divertidos, morbosos, llenos de sabiduría, en clave de humor, en tono de protesta, etc.

La entrevista que le hicieron con motivo de la presentación del libro fue entretenida, animada y desinhibida.

Mencionado todo esto, quiero retornar al principio y recordar el momento en que el ataúd es introducido en el nicho y cerrado.

Con posterioridad, al cabo de unos días, el marmolista llega con una hermosa placa con letras doradas incrustadas y la coloca, cerrando definitivamente el suceso.

La mayor parte de las mismas dicen sentencias parecidas a la siguiente…

- Aquí descansa en paz…

Compruébalo es verdad, es el común denominador de todas esas preciosas lápidas de mármoles bien labradas.

El hecho de que tras la muerte se alcanza la paz es el punto de encuentro entre nuestra cultura y la hindú.

Sin embargo…

En mi epitafio, allá donde sea, quiero que pongan sin adornos dorados o florituras oníricas…

- Vivió en paz y alcanzó la felicidad.

Simplemente porque esa es la verdad.

Y la verdad, está al alcance de todos, sólo has de buscarla para poder concluir tus días y si quieres imitarme en mi epitafio.

Generalmente los libros…

Generalmente los libros de cómo realizar o alcanzar nuestros sueños destacan los métodos para hacerlos realidad y la satisfacción de su consecución.

Todo aquel que ha experimentado un sueño sabe que una cosa es la teoría y otra la práctica.

Primeramente hay que soñarlo, ya que por lo regular son simples deseos y en realidad no se tiene idea de lo se quiere o es muy general complicando nuestra decisión de ir tras ellos.

Para poner un ejemplo si uno sube una montaña desde donde se ve todo un bosque y se nos pide contemplarlo unos minutos para después describirlo detalladamente.

Nos daríamos cuenta que omitiríamos varios detalles, sin incluir los ruidos y el clima y aún más difícil sería recordarlo una semana después.

Esto nos da una idea de lo que sucede en la vida real con nuestros sueños.

Donde no basta sentarse y estar en calma para que los sueños lleguen a nuestra cabeza.

Pocos tienen la suerte de saber exactamente lo que quieren, por lo que se requiere tiempo y dedicación para poder definir lo que realmente queremos.

Lleva tiempo comprender que alcanzar un sueño no es conseguir un puesto social, sino una transformación de lo que somos actualmente.

Por lo regular no estamos dispuestos a alcanzar nuestros sueños porque preferimos caminos seguros y dedicamos los mejores años de nuestras vidas a trabajos que no nos gustan y haciendo lo que otros quieren.

Con el fin de recibir dinero para mantener nuestra zona de confort.

Retrasamos nuestros planes pensando que aún no tenemos la suficiente experiencia, seguridad, apoyo o definición para realizar lo que queremos.

Pero la pregunta es…

¿Cuándo lo tendremos todo?

Para muchos nunca.

Es difícil salir de nuestra zona de confort porque en el fondo sabemos que nuestra seguridad no proviene de nuestro interior, sino de una posición social.

En ocasiones cuando pensamos en voz alta para comentárselos a familiares y amigos no recibimos apoyo, sino cuestionamientos y dudas.

Entonces comprendemos que existe un precio (*) alto para realizar nuestros sueños y no todo el mundo está dispuesto a pagarlo.

Una de las etapas más difíciles de superar es el hecho de que el camino es solitario, quizás algunas personas lo hayan podido logar con ayuda de otros, aunque sinceramente escuchamos más sobre problemas entre socios que de éxitos entre dos o más personas.

¿Por qué es tan difícil hacerlo con ayuda de otros?

Primeramente porque sólo algunos tienen bien definido lo que quieren alcanzar y segundo el sueño es único.

Es poco probable que dos personas o más puedan coincidir en un sueño, claro que alguien podría decir que existen cientos de casos en la historia sobre sueños compartidos que se llevaron a cabo, el único problema es que somos más de 6.000 millones en este planeta y sólo algunos logran encontrar un sueño de otro que los satisfaga por completo.

Además los sueños de vida son integrales y no involucran sólo una faceta, de ahí que sean únicos.

Así que si alguien decide seguir las huellas de un sueño tendrá que aceptar que gran parte del camino lo tendrá que hacer sólo y este es un precio que se tendrá que pagar.

¿Alguna vez escuchaste?

Que no es tan importante que tan rápido se avance, sino que sepamos en qué dirección vamos.

Para muchos la dirección no es tan clara como el avanzar.

¿Por qué?

Sencillo porque hemos sido educados para avanzar por caminos seguros, probados y que probablemente nos llevan a un éxito que es reconocido por la mayoría de la personas.

Poco son los que se encuentran preparados para avanzar lentamente, mientras la mayoría de los amigos y familiares pareciera que lo hacen más rápido, dejándonos atrás en un camino solitario e incierto, sin ninguna señal que nos diga que vamos bien o mal.

Quizás con el tiempo, si es que no desistimos antes, el destino nos premia con un oído más sensible que puede escuchar a nuestro corazón y que hemos estado evitando escuchar durante muchos años.

Una voz que nos dice que el camino es solitario porque la transformación no es grupal, sino individual y que es necesario que así sea para poder hacer frente a lo que viene.

Al escuchar a nuestro corazón se nos exige otro pago… vencer el miedo.

Tememos ir a donde nadie se atreve y hacer cosas que parecen imposibles.

Para vencer el miedo tendremos que cambiar nuestra forma de ser y de medir el éxito, ya que el triunfo no significa tener dinero o una buena posición o bienes materiales.

El verdadero triunfo es transformarnos en lo queremos ser.

Produce temor escuchar al corazón porque nos recuerda quienes somos realmente.

Al vencer al miedo no necesariamente garantizamos una meta, pero una vez vencido no hay vuelta hacia atrás, sería algo así como en la película de Matrix, una vez que salimos de ella, regresar sería una mentira difícil de continuar.

La transformación ha comenzado es dolorosa y su terminación depende de que tantos nos aferramos a nuestro pasado, para algunos puede ser toda la vida, para otros un momento de decisión sería suficiente.

Siendo realistas nos llevará algo de tiempo porque sólo en películas o en los libros se puede observar personas que alcanzan todo en cuestión de días.

Los sabios saben que el objetivo o la meta no son tan importantes como el proceso.

Del proceso radica la verdadera realización aunque es más fácil decirlo que aceptarlo.

Cuando comprendemos nuestro destino nos damos cuenta que el objetivo no es lograr algo, sino vivirlo.

El camino de la realización es integral y fortalece lentamente los diferentes ambientes de nuestra vida.

Su aceleración es inútil porque la mayoría de los seres humanos vivimos en sociedades enfocadas en el control y nuestra liberación de los condicionamientos es lenta.

Tampoco trabajar durante 80 horas a la semana en nuestra misión de vida nos acerca a nuestro sueño.

Nadie puede representar un papel 24 horas al día, es necesario dejar de ser la máscara para renovarnos y poder reinventarnos continuamente.

Algunas sugerencias para aquellos que quieren o han empezado a seguir sus sueños son las siguientes…

Primeramente no hay recetas mágicas, ni libros, ni gurús que nos digan exactamente que se necesita para un propósito personal.

Pueden ayudarte, pero la vida se encargará de recordarte que las soluciones de largo plazo se encuentran en ti.

Tenemos que aceptar que el cambio del “ser” es un proceso lento y para muchos doloroso porque estamos condicionados por la educación de nuestros padres y la sociedad en que vivimos.

Existen personas capaces de liberarse de los condicionamientos, pero pocos los que lo logran en poco tiempo.

De ahí la razón de que sólo algunos se animan a seguir su propio camino.

No hay que tratar de cambiar a nuestros seres queridos o de convencerlos que nuestro camino es el mejor y que por tal motivo tienen que seguirlo o apoyarnos incondicionalmente.

Si tu pareja, familiares o amigos no han iniciado el camino hacia su sueño es porque no están listos y forzarlos será contraproducente.

En lugar de tratar de cambiarlos sería mejor analizar cómo afectará la realización de nuestros sueños en sus vidas.

El cambio trae resistencia y una vez iniciado viene la lucha interior entre principios, valores, hábitos y condicionamientos.

No sería prudente agregar a la lucha a otras personas.

Preferentemente se debe hablar con los seres cercanos sobre nuestro sueño y de cómo podría beneficiarlos no solamente monetariamente.

También hay que mencionar la posibilidad de una mejor conexión y acoplamiento en la relación.

Debes recordar que lo importante no es alcanzar el sueño, sino vivirlo.

Por eso es importante disfrutar todas las actividades que hagas aunque muchas de ellas no sean satisfactorias o no traigan los resultados esperados.

Algo que te puede ayudar con lo anterior es realizar las actividades con la perfección que en ese momento te es posible.

No planees demasiado, vive y corrige sobre la marcha.

No esperar reconocimiento, ni beneficios monetarios en el corto plazo aunque son importantes en esta sociedad, no lo es todo.

Lo más seguro es que primero tengamos que transformarnos en lo que queremos ser para que los beneficios superficiales vengan a nosotros.

Se dice que el pensamiento repetitivo vuelve realidad nuestros deseos, pero la pregunta es…

¿Por qué no funciona para todos?

La respuesta es porque no lo creemos en el largo plazo, tal vez por momentos, pero no es algo que creamos de manera natural.

El corazón juega un papel importante en este punto porque puede ayudarnos a vencer nuestra inseguridad y creer en nosotros mismos.

Las respuestas no provienen del exterior, sino del interior y son capaces de cambiar nuestra vida ayudándonos a combatir los adicciones, condicionamientos y proporcionándonos la fuerza necesaria para continuar.

Para finalizar se podría decir que en un principio la lucha será intensa y su duración proporcional al tiempo que nos resistamos en olvidar nuestros condicionamientos, quejas y pesimismo.

En este escrito se llamo precio (*) a las cosas que teníamos que hacer para alcanzar nuestro sueño, pero cuando dejemos de sentir que es un precio y creamos que es un regalo para nuestra vida entonces nuestro camino será guiado por el corazón y el miedo tenderá a desaparecer.

Es muy significativo en el logro…

Es muy significativo en el logro del crecimiento personal, especialmente en el espiritual saber cultivar la verdad, esa que genera armonía, paz, felicidad, es decir, la que no esta contaminada de lo ilusorio, transitorio, la no experimentada.

Desafortunadamente son pocos los que han despertado en su real autenticidad, en su templo interno y no le da importancia a ello, por el contrario, prefieren permanecer prisioneros de los estímulos superficiales, de aquellos que obstaculizan el sorprendernos en ser auténticos dentro del escenario que nos toca participar en la misión que nos corresponde desempeñar al manifestarnos en este plano.

Se ha comentado con insistencia en otras oportunidades, que una vida de total dedicación a la verdad significa también una vida en la cual el individuo este dispuesto a aceptar que le pidan cuentas.

No nos debe extrañar entonces, el que muchas personas no le gusta proyectar su realidad, es decir, las acciones que cometieron -algunas erróneas, dañinas- y que en alguna forma obstaculizaron su crecimiento, porque no estaban atentos, despiertos, simplemente se forjaron ilusiones y estructuraron una verdad que desde su origen estaba contaminada de grandes fallas.

De aquí, que no nos debe sorprender que se justifiquen y traten hacer creer que esa es la verdad que los guió a actuar y se molestan cuando se les hace ver que estaban equivocados o bien los resultados no eran los esperados.

De ahí entonces, que no nos sorprende cuando se dice, que una vida de total dedicación a la verdad significa también una vida en la cual el individuo este dispuesto a aceptar que le pidan cuentas.

¿Estás dispuesto hacerlo?

Si no lo hacemos así, desafortunadamente vivimos como la gran mayoría -aun personas afines a nosotros- en un sistema cerrado, dentro de una campana de vidrio, donde respiramos solo nuestro propio aire corrompido y nos hallamos cada vez sometidos al engaño y lo que es peor -perjudicamos a otros que creen en ellos.

Cuantos de ustedes revisan constantemente ese abanico de creencias que han considerado como su verdad, eso que denominan el mapa de la realidad, pues se dice que generalmente tendemos a evitar o a rechazar todo cuestionamiento de validez.

De aquí, que no debe extrañarnos que le digamos a nuestro conyugue…

- Vive y deja vivir.

- No me critiques, si lo haces te haré pasar ratos difíciles y porque no una vida imposible.

- Si no me cuentas la verdad yo no me responsabilizaré de mis actos.

A los hijos mismos…

- Has lo que te digo, no me repliques, no me pidas explicaciones.

Lo cierto, que es muy interesante el sorprendernos cuál es nuestra reacción ante las explicaciones y el notar como existe la tendencia a evitar el tener que darlas, lo que se ha tornado generalizada en los seres humanos -y más aun en quienes decidieron acompañarnos transparentemente en lo afectivo- lo que se puede considerar una característica de la naturaleza humana, aunque es natural y no significa que sea una conducta esencial, beneficiosa o inmutable.

Considera además, el que no debes atormentarte el sorprenderte atrapado en el resultado deficiente de tus acciones y si ello lo has conllevado a edificar verdades falsas, creyendo que todo es resultado de lo que considerabas que era bueno, de esos modelos ilusorios que se forjan para creer que se está siendo lo correcto y no querer ver tus deformaciones.

Si debes preocuparte el no corregir esas acciones que contaminan a todo aquello que se te acerca y que tu misma critica y trata de autodestruir cundo alguien les vislumbra la necesidad de un auténtico autoanálisis.

No malgaste tú tiempo esforzándote en evitar en rendir cuentas, en descubrirte lo engañado que has estado, en las trampas que has caído y todo aquello que se entrega a una sutil forma de mentir.

Una vida de total dedicación a la verdad, significa una vida de total sinceridad.

Se trata de un continuo e incesante proceso de enrutamiento de uno mismo para asegurarse que las comunicaciones que se hacen -no solo las palabras que se dicen- reflejan siempre y con la mayor precisión posible la verdad o la realidad tal como la conocemos.

La gente miente para evitar el sufrimiento de la responsabilidad y sus consecuencias y nos duele, cuando la mentira hace estragos en los seres con quien más nos hemos identificado.

Mentir es un intento de eludir el legítimo sufrimiento, el justificarse, por lo tanto, produce indisposición mental y evita que la verdad se manifieste.

Busca tu camino correcto, no atajos que te justifiquen tus errores, no oculte tus fallas, enfréntelas y evita perpetuar la mentira, deja que aflore la verdad sin contaminación.

La espiritualidad es…

La espiritualidad es el enlace entre la vida interior y la vida del universo.

Una comunión sublime que se escapa de los dominios de la razón.

La espiritualidad es la armonía entre tu existencia y la existencia fuera de ti.

Es el deleite en la naturaleza, en los instantes infinitos con la lluvia, el rayo de sol, la ola que rompe, la estrella fugaz.

La espiritualidad es ese lazo poderoso e invisible entre un ser humano y otro, aun siendo desconocidos.

Para ser espiritual no necesitas pertenecer a ninguna religión o asistir a alguna iglesia.

La espiritualidad no depende de altares, ni de libros sagrados, ni de convenios sino de tu conciencia individual hacia la unión con la tierra, con la humanidad y si es tu creencia con la divinidad también.

Acércate a la ventana y observa el cielo, o siéntate a la orilla de un rio, o párate frente a una montaña, o acuéstate sobre la arena y entonces cierra tus ojos, respira por tu nariz profundamente, hazlo al menos por cinco minutos y después abre tus ojos y mira a tu alrededor, descubrirás maravillosamente que aquel paisaje y tú están conectados, porque ambos son parte de la misma esencia universal… esa es la espiritualidad.

Todos podemos convertirnos en seres espirituales, empecemos ahora, desarrollemos nuestra capacidad de admiración por todo lo bueno y lo bello que el mundo nos ofrece.

Dejemos atrás los malos modos para con los otros, para con los animales, para con la tierra.

Como parte de nuestro desarrollo personal, la espiritualidad es imprescindible, ella nos ofrece alegría, sosiego y unidad.
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